Revista Diario

Memoria Histórica en La Habana

Por Javiermadrazo

Continúo mi ruta por las calles de La Habana, ajeno a todo lo que pueda acontecer en Euskadi y en España. Hemos decidido dejarnos llevar, sin más pretensión que disfrutar de la amabilidad y la cercanía de las gentes de Cuba. Nos gusta el ritmo caribeño, tranquilo, sosegado y, al mismo tiempo, vibrante y lleno de vida. La noche del miércoles seguimos el partido España-Alemania en una gran pantalla de televisión, instalada en el cine Paynet. El ambiente era único. La afición estaba repartida a partes iguales entre los dos equipos y los gritos de ánimo a unos y a otros parecían romper las paredes del edificio y hacer temblar sus cimientos. Nos integraron en la fiesta como si fuéramos viejos amigos y compartimos bocadillos, cervezas y refrescos.

El triunfo de España fue bien recibido, incluso por los fans de Alemania, y todo el mundo festejó su pase a la final. Yo también me alegré, aunque, en honor a la verdad, debo decir que no me gusta el ardor patrio que rodea a la selección y menos aún el uso político y partidista de sus éxitos para ocultar los problemas reales del país. Me parece excesivo afirmar, como ha hecho el presidente Zapatero, que el buen hacer de la Roja “viene bien para elevar la autoestima y la confianza en España”.  Y por si fuera poco el despropósito, ñade que España “juega en todos los terrenos como juega en el fútbol, más allá de que tengamos un momento difícil”.  Se olvida Zapatero de que aproximadamente un 20 por ciento de la población activa no encuentra empleo y quienes aún lo tienen conviven con el miedo a perderlo. En fin,…. sobran los comentarios

Antes de ver el partido, visité en su domicilio en La Habana a Carlos Astigarrabia, hijo de Juan Astigarrabia, Consejero de Obras Públicas, en representación del Partido Comunista de Euskadi, en el primer Gobierno vasco, constituido en 1936. Fue un encuentro emotivo, en el que rememoramos el día en el que nos conocimos en Donostia, ciudad natal de su padre, con ocasión de un acto de homenaje y reconocimiento a su trayectoria, promovido por el Departamento de Vivienda y Asuntos Sociales en octubre de 2006. Carlos vive en La Habana con su mujer Caridad. Una pareja hospitalaria, que nos abrió las puertas de su casa y su memoria. Nos hablaron de Juan Astigarrabia como político, pero sobre todo como padre y amigo. Carlos está orgulloso de su figura y sus ideas.

Juan Astigarrabia conoció, antes de ser nombrado Consejero del primer Gobierno vasco, la clandestinidad y más tarde el exilio. Fue director del periódico “Euskadi Roja” y secretario general del Partido Comunista de Euskadi en 1936. En la guerra civil, tras la caída de Bizkaia, escapó a Francia, más tarde se instaló en Panamá y posteriormente marchó a Cuba, donde dió clases de marxismo en la Universidad de La Habana. Su hijo relata su historia con gran cariño y pone el acento en su compromiso con el comunismo, que le acompañó toda su vida.  Tras el regreso del exilio, Juan Astigarrabia militó en Euskadiko Ezkerra y en 1989 murió en una residencia del barrio de Zorroga, en Donostia.  Carlos reivindica justicia, verdad y reparación para las víctimas de la dictadura.  Ojalá sus deseos se cumplan.  


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