Memorias de un escuálido en decadencia | Labios

¡No te muerdas los labios! Píntatelos de rojo y sal con nosotros este primero de diciembre a gritar contra la dictadura. Esa es nuestra mejor arma, un lápiz labial. Así no nos van llamar terroristas porque estamos marchando con amor por lo que queda de país, o mejor dicho, lo que la dictadura llama patria. Dile a tu pareja que te pinte los labios y salgan juntos porque juntos somos más. Una gran cantidad de labios rojos por toda la ciudad gritando que se vaya la dictadura es una cosa original y muy fuerte como para que el dictador la pueda soportar. Nunca tus labios jugaron un mejor papel que ahora, cuando los pones a favor de las mayorías nacionales para que el país recupere su cuerpo social y político y cultural y sexual. Vamos hasta el final con los labios pintados y con la boca abierta y el pecho cerrado de amor por Venezuela.

Y siguen creciendo las sanciones. Lo que quiere decir que los compañeros de Estados Unidos nos siguen ayudando porque siguen creyendo en nosotros. Ya salieron 21 nuevas sanciones que nos alegran y satisfacen, y celebramos a lo ancho y largo del país, incluso en el Esequibo, que estamos dispuestos a entregralo si nos siguen apoyando. Le pusieron una sancione al viceministro para el antibloqueo, un chavista insoportable que no sabe más que hablar y viajar por todo el mundo diciendo que son más de novecientas las medidas coercitivas unilaterales, porque ese no dice sanciones, porque, según explica, las sanciones son un castigo por hacer alguna cosa, y nosotros, según él, no hemos hecho nada para ser sncionados. Y listo, ahí le cayó su sanción para que respete y no siga hablando pendejadas.También sancionaron a la hija del hombre del garrote vil, el del progamita de los miércoles, así que las demostraciones que nos está dando nuestra segunda patria son poderosas, es decir, nos están diciendo que nos apoyan y que pongamos nosotros de nuestra parte porque carajo, también es verdad que nosotros somos más inútiles que parachoque de avión. Ojalá que con esta manifestación labial que tenemos bien programada para el primero de diciembre, los compañeros de Estados Unidos entiendan que nosotros también estamos montados en la vaina. Después de las bombas puputov y ahora esto de los labios pintados de rojo, hay mucha gente turulata por ahí porque dice que nosotros no nos cansamos de inventar vainas tan buenas. Es verdad, por eso los mismos miembros caídos de la dictadura nos llaman la gente decente y pensante del país, porque tenemos un cerebro abierto a la imaginación y a las luchas nacionales e internacionales.

Otro mensaje que nos están enviando los compañeros, o hermanos, mejor dicho, de Estados Unidos, es la ley Bolívar. Ahí sí es verdad que se botaron. Son tan geniales como nosotros. Esa vaina es digna de un Oscar, o un Pancho, si lo dan. Entre líneas nos están diciendo échenle bolas que ya nosotros tenemos a Bolívar de nuestra parte. Es genial esa idea. El dictador le dice ley basura. Y algunos chavistas dicen que esa ley es la prolongación de la doctrina Monroe, y el mediocre de Roberto Malaver dice que esa ley Bolívar no vale medio. Lo que quiere decir que todos están arrechos y así nos gusta verlos. Los esatmos derrotando y apenas es primero de diciembre. Y el 10 de enero será la fiesta de la democracia. Una jornada cívica. Ojalá vengan a la juramentación el poeta Leopoldo López, el pensionado Antonio Ledezma, el dolarizado Carlos Vecchio y el canciller Julio Borges, para que la juramentación sea algo así como una vez que cayó la ditudura de Pérez Jiménez, llegaron al país, Rómulo Betancurt, Rafael Caldera, Jóvito Villalba y Gustavo Machado, cuatro hombre que etuvieron luchando en el exilio, como lo están los hombres nuestros. De eso, según me dice alguien por aquí cerca, habló García Márquez en un reportaje, de la llegada de esos cuatro hombres a Caracas. Lamentablemente no hay pluma por ahora que describa la emoción que vamos a sentir si esos cuatro hombres valientes se presentan aquí el 1⁰ de enero.

El papá de Margot llegó de la calle con un pinta labios en la mano y fue directo al cuarto y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro que la vecina salió gritando: ”¡Yaaaa. Muérgano! Vete pa’ Maracaibo y únete a los golpistas”.

—Desde el fondo de ti, y arrodillado, un niño triste, como yo, nos mira. —Me declama Margot.

Roberto Malaver