Revista Opinión

Memorias de un torero arrepentido

Publicado el 19 febrero 2018 por Carlosgu82

Voy a contarles una historia que escuche acerca de un viejo que vivía muy cerca al lugar donde vivía, el viejo vivía solo y abandonado mis abuelos me contaron que en su juventud era el mejor toreo de su época se dice que era capaz de torear hasta tres toros a la vez, con lo cual me emocione y desde entonces decidí ser torero ya que me emocionaba viendo como los toreros hacían grandes faenas y mataban a los toros.

Decidí entonces q mi maestro tendría q ser ese viejo fue a buscarlo y con mucho entusiasmo le dije si quería ser mi maestro y que quería ser como el que había matado muchos toros, pensé que al ver mi decisión me iba aceptar de inmediato y me enseñaría pero lo que encontré me cambiaría la vida para siempre.

Me dijo que todo lo que había escuchado de él era cierto , que en su época era el mejor toreo pero que estando en la cumbre un día decidió retirarse sin decirle a nadie y vivir tranquilamente, yo le pregunte porque que había pasado para que tomara esa decisión tan drástica y entonces me contó, que un día mientras iba a su casa vi en una pradera a una niña que corría despavorida y en su tras iba un toro bien grande entonces el corrió para auxiliar a la pequeña pensando que el toro era el animal que le había asustado a la niña cuando en eso que iba a enfrentar de los arbustos salieron tres hombres los cuales habían estado escondidos para atacar a la pequeña niña pero el toro oliendo el peligro fue en ayuda de la pequeña e hizo correr a los ladrones y uno de ellos logro herir al semental. Pero lo que más me llamo la atención fue ver como ese animal tan fornido y de tez agresivo cuido y protegió con su vida a esa pequeña y jugaba como si fuera un cachorro.

Me acerque a ver como estaba en esos momentos el toro pensó que era un ladrón y pensó en atacarme pero la niña le calmo diciéndole que no era una persona mala entonces en ese momento el todo se quedó mirándome fijamente a los ojos y sentí que en esa mirada me hablaba al alma diciéndome que son animales incomprendidos que ellos no son malos por el contrario les gustan las personas y que su lealtad es tal que si tendrían que dar la vida por un amigo la darían.

Y que no entendía porque la gente se divierten en las plazas de toros cuando ellos mueren y les hacen sufrir con las espadas perforando sus corazones y clavándoles banderines en esos momentos sentí mucho dolor en su alma, y mientras curaba la herida que había sufrido le dije:

Toro me da pena te suplico perdonar, a todos los que un día te vinieron a matar.

Sufriste la injusticia de otros tantos como tú, te ofrezco mis disculpas respeto y gratitud.

Me perdonas toro me perdonas; mi verdad está en esta canción

Si nos quisimos matar te ruego que hoy me puedas escuchar.

Si puedes perdonar si puedes perdonar la paz llegara.

Si puedes perdonar el amor vivirá siempre vivirá.

Si puedes perdonar el amor vivirá siempre; siempre vivirá.

Por esto decidí retirarme sin decir nada a nadie porque entendí que un animal tan bello que protege a alguien con su vida no puede terminar así. Ahora que has escuchado mi historia quieres que sea tu maestro me pregunto aquel viejo, y sin decir nada me pare y sin decir ni una sola palabra me retire recordando esas bellas palabras que le había dicho al toro


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