Carmen Aguirre, la chilena bestseller en Canadá con sus memorias revolucionarias
Something fierce: Memoirs of a revolutionary daughter es un éxito de ventas. Ganó el popular concurso Canadá Reads.
por Patricio Salazar
http://diario.latercera.com/2012/04/01/01/contenido/cultura-entretencion/30-105264-9-carmen-aguirre-la-chilena-bestseller-en-canada-con-sus-memorias-revolucionarias.shtml
En diciembre del 2004 Robert Everton (54) murió de un ataque al corazón en Vancouver, Canadá. Militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), estuvo detenido en el Estadio Nacional tras el golpe militar de 1973 para luego ser expulsado de Chile. “Mi padrastro fue uno de los que ayudó a que Canadá abriera sus puertas a los refugiados chilenos. Poco antes de su muerte, me pidió que escribiera este libro”, dice Carmen Aguirre (44).
Este fue el impulso final que la escritora chileno canadiense, hija de exiliados, necesitó para transformar las notas que había empezado a escribir en 2003 en su primer libro.
Publicado en el 2011, Something fierce: Memoirs of a revolutionary daughter“ (Algo feroz: Memorias de una hija revolucionaria), es hoy el título de no-ficción más vendido en Canadá.
Catalogado como “una historia fascinante” por los principales medios de ese país, Something fierce…narra la vida de la autora desde el momento en que su madre y su padrastro (Everton) dejan Canadá en 1979 en el marco de la Operación Retorno para vivir clandestinamente en Bolivia y Argentina como miembros del MIR. Entre casas de seguridad, espías y misiones secretas a Chile, el libro devela cómo una Carmen Aguirre de 11 años comienza a enfrentar la adolescencia, su despertar sexual y su propio deseo de seguir los pasos de sus padres al cumplir la mayoría de edad.
“Mucha gente se relaciona con esta historia independientemente de sus líneas políticas, porque es un relato en primera persona acerca de crecer en un contexto particular. En este caso en el del compromiso (político) en contrapunto con el deseo, el conflicto que genera y la temática del terror que era prominente en esos años”, asegura la escritora nacida en Santiago y que vivió en Chile hasta los seis años.
Durante los años previos al viaje que inspiróSomething Fierce…, Carmen dividió su tiempo entre la escuela primaria y las reuniones de la llamada Brigada de la Juventud Rebelde, sesiones de adoctrinamiento político organizadas por los exiliados chilenos en Vancouver. Años más tarde, cuando se encontraba temporalmente de vuelta en Canadá, recibió la oferta de irse a estudiar medicina a Cuba gracias a los nexos que el MIR tenía con el gobierno de Fidel Castro. Pero la rechazó y, en cambio, regresó a Argentina en 1986, a la provincia de Neuquén, con el propósito de aprender a volar avionetas para poder infiltrar bienes y personas hacia Chile a través de la cordillera: “(…) Ya no era parte de Los Jóvenes Rebeldes. Era una militante. Desde ese momento, poner mis deseos personales por sobre mi compromiso político sería una traición”, escribe.
En sus 278 páginas, el libro recorre estas experiencias contrapuestas con la vida “normal” que la autora y su familia pretendían llevar. La relación con amigos que apoyaban la dictadura argentina, los visitantes que alojaban en su hogar y se identificaban con nombres falsos, así como los amores de la adolescencia construyen un relato de vida marcado por la clásica convivencia familiar y los quiebres derivados de la opción de vivir en la clandestinidad, cuando la Operación Cóndor estaba en marcha Sudamérica.
Premio y controversia
El pasado 6 de febrero, Something fierce… se adjudicó el concurso Canada Reads entre 1.300 libros de no-ficción sugeridos por votación popular. Organizado por la Canadian Broadcasting Corporation (CBC), la mayor cadena pública de ese país, la competición ha contado en años anteriores con la presencia de figuras como Michael Ondaatje (El paciente inglés) y el cantautor Leonard Cohen. Durante la fase final, Carmen Aguirre fue llamada “una terrorista sanguinaria” por una afamada abogada debido a la naturaleza de su escrito, para luego agregar que “no sabía cómo el gobierno canadiense había dejado entrar a una persona así”.
“No me lo tomé personal, ya que ella y yo tenemos diferencias políticas”, dice Carmen. “Su pareja es un ex militar salvadoreño que combatió al FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional). Me lo esperaba”, afirma.
Tras el triunfo, Something fierce… se transformó en el libro más vendido en Amazon.ca y hasta el día de hoy se mantiene en el top 5, comenzado a agotar las 30 mil impresas por el sello Douglas & McIntyre Publishers en su primera edición. El libro será publicado en los Estados Unidos en agosto por la misma editorial.
Además, el texto fue seleccionado como “Libro de la Semana” por la BBC de Londres. Si bien sólo se distribuyeron dos mil copias en el Reino Unido, la editorial Granta Books, dueña de los derechos en Europa y Latinoamérica, lo relanzará en agosto. También en junio aparecerá la versión del libro en holandés y está pactada una traducción al finlandés, aún sin fecha precisa.
“Todo esto me ha tomado por sorpresa porque mi libro no era muy conocido hasta hace poco. Sin embargo, es una historia con la cual se pueden identificar inmigrantes de todo el mundo” , asegura la autora.
Carmen Aguirre no es una desconocida en Vancouver: ha escrito numerosas obras de teatro y participó como actriz en Quinceañera, película ganadora del premio del Público y del Gran Premio del Jurado en el Festival de Sundance 2006.
Además, tuvo un rol protagónico en la primera temporada de la serie de TV Endgame y actualmente trabaja en una obra acerca de la fotógrafa italiana Tina Modotti.
“Hotel de Refugiados”, la lectura dramatizada de la dramaturga Carmen Aguirre sobre el exilio en Canadá
por ISABEL BABOUN GARIB 12 diciembre 2014
“Dramaturgias canadienses sobre el exilio chileno” fue la convocatoria que el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos junto con Interdram (Asociación de dramaturgos y creadores escénicos) llevaron a escena los textos de dos dramaturgas chilenas exiliadas en Canadá: Carmen Aguirre y Rosa Laborde. Las obras que, si bien están escritas en inglés, pasaron al español en preciosa traducción de Bruce Gibbons Fell, chileno y también radicado en ese país.
- “Para estar en la resistencia es una cuestión de vida o muerte. Decir las cosas mal a la persona equivocada es un asunto de vida o muerte. Y ES imposible saber quién es la persona equivocada. Usted debe de ASUME que todo el mundo es la persona equivocada. [1] “
Carmen Aguirre, Something Fierce.
Conversar es un acto cotidiano, fundamental. Deja de serlo cuando existen rechazos a ciertos temas, cuando el tiempo los ha ido relegando bajo el peso de otros tantos. Cuando el miedo suprime la comunicación. “Para mi era normal hablar de eso, y del temor. Pero cuando lo hacía con otros, me acusaban de loca. De inventar historias que no eran ciertas. Mentirosa, me decían. Y todavía sucede. Entonces aprendimos con mi familia, que solo podíamos referirnos a esto entre nosotros”. Carmen Aguirre habla sobre el exilio y de su propia experiencia vivida en Canadá. Hoy, más de cuatro décadas después de la dictadura, es invitada como dramaturga a mostrar dos de sus obras y a conversar, en un ambiente donde, quizás, todavía no se pierde el temor. Yo no conozco al público chileno, dice Carmen con 18 años sin haber visitado Chile. Por primera vez viene a estrenar en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos las lecturas dramatizadas deHotel de los refugiados y Blue Box, algo extraordinario para ella.
“Dramaturgias canadienses sobre el exilio chileno” fue la convocatoria que el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos junto con Interdram (Asociación de dramaturgos y creadores escénicos) llevaron a escena los textos de dos dramaturgas chilenas exiliadas en Canadá: Carmen Aguirre y Rosa Laborde. Las obras que, si bien están escritas en inglés, pasaron al español en preciosa traducción de Bruce Gibbons Fell, chileno y también radicado en ese país. Resulta asombrosa esta instancia, por la capacidad de Interdram de traer a ambas dramaturgas, llevar a cabo tres lecturas dramatizadas, y acercar a la audiencia el exilio a través de las experiencias de estas autoras. La Asociación de dramaturgos, sin fines de lucro, contó además con el auspicio del Canadá Council for the Arts, el destacado trabajo de los actores, y el esfuerzo de sus directores e integrantes de Interdram: Ana López Montaner, Joyán Cordero y Bruce Gibbons Fell.Las lecturas dramatizadas de Carmen Aguirre se presentaron a las 20:00 hrs el día 4 y 6 de Diciembre. Después, los directores Ana López y Joyán Cordero, y el traductor Bruce Gibbons, conversaron con la audiencia y su autora. Ella, hija de exiliados, militante del MIR con dieciocho años, y residente en Canadá desde los seis, ve por primera vez en un escenario chileno Hotel para refugiados. La audiencia hace preguntas, llora. Todos permanecimos callados después de escuchar la historia de una familia que llega a un país que no conoce para sobrevivir. Esa familia era la de Carmen. Esa historia, es, todavía, la de muchos que no se atreven a contarlo. “Yo estuve en el hotel para refugiados”, dice una mujer desde la audiencia. “Yo soy hermana de quien hizo la música para la versión que hiciste en inglés en Vancouver de esta obra”, sigue después, llena de impresión. Con asombro, Carmen sonríe y la mujer le agradece emocionada. Ellas no se conocían, pero habían vivido la misma experiencia. En el mismo lugar, bajo las mismas reglas políticas. En el año 2014 se encontraron, en la sala de un teatro, después de la representación de un momento que todavía se parte en el tiempo porque es doloroso.
Carmen escribe para un público canadiense. Pero sobre todo para ese 50 por ciento de la población que es inmigrante. Todos vienen con marcas de guerra, relata Carmen.Cruzan ilegalmente la frontera. En estas comunidades no se habla del tema, le hacen el quite porque es doloroso hablar de eso. Ellos saben de esto en abstracto, a modo muy general, no en concreto.
¿Y tu experiencia haciendo teatro en Canadá? le pregunto, ¿como espectadora de obras escritas por los nativos de ese país?
“Lo que es revelador del teatro canadiense es que las obras se montan con actores canadienses que viven en Canadá. Aunque suene redundante. Este teatro cuenta temáticas seleccionadas, como las crisis melodramáticas que vive la clase alta. Divorcios. Ese es el teatro canadiense en realidad. Estudiarlo allá, también es algo elitista. No todos van a tener las mismas oportunidades. Hay muy poca clase obrera haciendo teatro. Casi nada. No todos tendrán el espacio para interpretar roles protagónicos o importantes dentro de las historias. En otras palabras: poco representativo si pensamos en que la mitad de la población es inmigrante y sus problemas son otros. Hay mucho hambre sobre estas obras. Hay muchos que necesitan verse representados”.
Carmen Aguirre es la segunda dramaturga latinoamericana en ser “leída, escuchada, representada y premiada” de la historia en Vancouver. El primero fue Guillermo Verdecchia con su obraFronteras Americanas, argentino y radicalizado en Canadá a la edad de dos años. Carmen ha querido honrar a la comunidad chilena en el exilio. Eso dice cuando le pregunto sobre su reiterada participación como actriz en sus obras. Explica que hacer monólogos es lo mas barato. Que los teatros canadienses cuando miran los numerosos elencos de algunas de sus obras se alarman, dicen que es caro producirlas, que es difícil, que es costoso. Puras escusas, dice Carmen tranquila, porque aun bajo estas condiciones ella ha logrado posicionarse en los teatros más importantes, ser nominada y premiada con destacados reconocimientos, participar en más de sesenta producciones de televisión, cine y teatro, y sobre todo, encontrar en el público un espacio significativo.Además, Carmen ha actuado en casi todas sus obras y formado sus propios colectivos de teatro. Tuvo uno con jóvenes latinos marginados que no eran actores. Eso fue lo más interesante de todo. Que las historias contaban las historias de ellos, sus propias biografías. “Eran historias impresionantes, de violencia policial sobre los hombres latinos, relatos desgarradores de racismo. Tenían entre 14 y 20 años de edad. Eran chicos que habían sido torturados, que sobrevivieron, hijos de desaparecidos”. A este grupo Carmen lo tuvo por ocho años. Se llamaba “Teatro Foro”, y estaba en relación con el Teatro del Oprimido.
“No podíamos contarle nada a la cultura dominante. Porque nos creían locos. Y todavía sucede. Allá (Canadá) no se habla del tema. Las nuevas generaciones sí se interesan y hablan de él”. Cuando Carmen habla de exilio habla de lamento. De uno tan hondo como ese que produce la escritura cuando con ella se vacía el cuerpo. Las voces de sus personajes no son las de chilenos comunes y corrientes, sino las de quienes se fueron a Canadá como Miristas, sindicalistas. Sobrevivientes de Villa Grimaldi, de Chacabuco. “Como exiliado uno aprende a ser bicultural. Cuando estoy en Canadá ellos creen que soy como ellos, nativa. No chilena. Ser hijo de exiliado es ser totalmente bicultural”.
Con su libro Something Fierce, Aguirre no solo escribió su vida, también logró que olas de de canadienses la leyeran tanto que su obra se posicionara en el número uno de lo mas vendidos. Y no porque fuera una lectura de comprensión sencilla. Todo lo contario. Sus memorias están escritas con la sagacidad revolucionaria de una caligrafía compleja, honesta y, por lo mismo, totalmente accesible. Insólito es que este libro no haya sido traducido al español. Todavía. Porque su lectura es tan urgente como el pulso apasionado que traspasan sus páginas. Antes que dramaturga, actriz, escritora, y autora de mas de veinte obras, Carmen se resiste a olvidar. Por eso es que, también, Carmen se resiste a dejar de escribir.
[1]“Estar en resistencia es un asunto de vida o muerte. Decir la cosa equivocada a la persona equivocada es un asunto de vida o muerte. Y es imposible saber quién es la persona equivocada. Uno debe asumir que todos son la persona equivocada”.