Revista Cultura y Ocio
Espectacular Thriller muy por encima de "The lovely bones" o "Zodiac" y de "El secreto de sus ojos", la película concentra una nueva forma de narrar las tramas policiales. Esta vez no asistimos a la persecución de un asesino, a las imágenes impactantes de los asesinatos o los vericuetos psicológicos que conllevan a una mente criminal a cometer ultrajes con tanta severidad y perfección. A lo que estamos esta vez invitados como espectadores es a una narración de humor negro sobre la vida cotidiana de un pueblo, de sus habitantes y de los policías comunes que ven fracturada su existencia por un hecho, por lo demás, totalmente nuevo y espantoso. El director surcoreano Bong Joon-ho, nos pone ante un cuadro demoledor de las torpezas, los perjuicios, los prejuicios y la complejidad de las creencias y conductas absurdas que generalmente entrelazan con fuerza la vida y el trabajo de los seres humanos.la fotografía tan excelente como su banda sonora y las actuaciones tan estupendas hacen de este trabajo uno de los mejores que he visto en cuanto a esta clase de cine se trata.el manejo de cámara está consentido desde tres vertientes los grandes planos que introducen la atmósfera, los medios planos que centran la atención en detalles y los acercamientos psicológicos, además está cruzada por la tensión de cámaras lentas, stops fotográficos que hacen de cada escena un momento inevitable. El desenlace es como decía Bousoño de los buenos finales dela poesía, un rompimiento o una "ruptura total del sistema" lógico del sistema que trae consigo la película.casi más aterrador que perseguir al asesino es ver el desamparo que va apoderándose de los protagonistas, más que el dolor que causa el asesino en sus víctimas, lo que sensibiliza en esta cinta son los grandes momentos emocionales por los cuales radicalmente pasan los personajes; Conmueve no tanto esa empatía que uno siente hacia la impotencia de los perseguidores sino sobre todas las cosas el coraje y la angustia, los traumas y el ahogo emocional que perpetra cada error cometido por métodos cada vez más desesperados.Por un lado nos encontramos ante un detective de pueblo de vieja escuela, amarrado a esquemas ortodoxos, que si bien no ejecuta por placer, sino por costumbre, resultan por establecer el capítulo más compasivo, por el otro lado tenemos a un detective de universidad, joven idealista amarrado a la nueva escuela del pensamiento metódico que pronto irá descubriendo aterradoramente que lo único que podrá resultarle útil a la hora de la verdad será su instinto y la rabia.Aunque al final todos sabemos quién es el asesino, esta es la primera película que logra establecer cierto disgusto por una identidad que es un espejismo, si bien, y aunque el papel del asesino es casi secundario, o más, porque solo lo vemos una o dos veces al final y en su actuación asesina rotunda lo percibimos sólo a través de los ojos de la víctima, este personaje será de todas formas el más importante espejismo, la sensación de saberlo ahí, tan cerca a todo, es lo que nos mantendrá en vilo, lo que no nos dejara que nos despeguemos de la persecución y que al final nos pondrá en la misma situación impotente, con el mismo final, con las mismas preguntas, con el mismo coraje.