Los meniscos son elementos fundamentales de la rodilla ya que funcionalmente guían al fémur para que se articule con la tibia, distribuyendo el peso de modo más uniforme y actuando como un amortiguador.
El daño de la estructura del menisco supone una alteración de la cinemática y fuerzas articulares que facilitan la aparición de cambios degenerativos en la rodilla.
Los meniscos de la rodilla tienen forma de C y están constituidos de fibrocartílago, su función es acomodar la tibia y el fémur como articulación. Su estructura de colágeno le permite desarrollar su función como soporte de fuerzas de tensión y funcionar como transmisor de la carga a través de la articulación de la rodilla.
La pérdida total o parcial del menisco altera de forma sustancial sus funciones y favorece el envejecimiento de la rodilla y la aparición precoz de artrosis. De ahí la importancia de conservar los meniscos para reducir el desarrollo de cambios degenerativos porque las roturas traumáticas agudas afectan sobre todo a jóvenes (13 a 40 años de edad).
El conocimiento creciente de la cicatrización y vascularización normal meniscal permite aplicar técnicas para extender la reparación meniscal.
Cirugía de menisco con artroscopia
El papel de la resonancia magnética resulta esencial en la valoración meniscal ya que supone una fuente de información importantísima a la hora de programar una artroscopia cuya finalidad es el tratamiento del menisco. Cada vez se extiende su uso más en la evaluación del cartílago y meniscos de rodillas aunque también queremos dejar claro que no es la única prueba útil y debe ser usada como apoyo dentro del marco que engloba toda la evaluación del paciente y su patología.
La artroscopia abrió hace unos años un camino ideal para preservar la mayor parte de menisco posible o incluso la sutura del mismo mediante nuevas técnicas.
Antiguamente se procedía a la meniscectomía total, es decir, la extirpación del menisco completo con las consecuencias que hemos reseñado. Con la artroscopia de rodilla intentamos economizar la cirugía, es decir, preservar todo el menisco posible. La investigación de nuevas técnicas de reparación meniscal podría incluso evitar la meniscectomía parcial y las consecuencias adversas que conlleva la pérdida de esta estructura tan importante para la función de la rodilla.
La cirugía meniscal mediante artroscopia se realiza habitualmente con régimen ambulatorio, con lo cual el paciente podría irse ese mismo día de alta si no surgen inconvenientes que lo impidan. En condiciones normales, sin afectación cartilaginosa y sin reparación meniscal con suturas, el paciente podrá deambular desde este mismo día con ayuda de bastones y con una adecuada rehabilitación podría hacer vida normal en aproximadamente 6/8 semanas.
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