Desde el punto de vista endocrino la menopausia es una disfunción ovárica que conlleva una disminución de la producción de progesterona y de estrógenos. La mayoría de las mujeres experimentan irregularidades del ciclo de uno a cinco años antes de que finalice éste, con una sintomatología sumamente desagradable y que se prolonga en muchos casos durante varios años, con periodos más intensos y otros más llevaderos de alteraciones y malestar que degradan enormemente la calidad de vida.
La disminución en la producción de hormonas femeninas, progesterona y estrógenos, a la que asistimos en la perimenopausia y menopausia, afecta a la glándula tiroidea y disminuye el metabolismo general. Durante la perimenopausia y menopausia es corriente, para las mujeres, tener una multitud de alteraciones hormonales. Los sofocos, los sudores nocturnos y el insomnio son síntomas frecuentes durante este periodo. Numerosos profesionales piensan que, si bien estos síntomas están asociados a una disminución de estrógenos también
son síntomas típicos del hipotiroidismo, particularmente el insomnio y los sudores nocturnos.
Globalmente, en caso de hipotiroidismo, el funcionamiento de los órganos se ralentiza. Los síntomas típicos son: fatiga, falta de ánimo, lentitud intelectual, pusilanimidad, insomnio, sudores nocturnos, piel fría y seca, cabellos y uñas ásperos y quebradizos, aumento de peso moderado a pesar de la falta de apetito, irritabilidad, estreñimiento, etc. Un aporte insuficiente de yodo alimentario tiene incidencia directa sobre la disminución de hormonas tiroideas en el organismo, ya que dicho yodo tiene como función única la fabricación de estas hormonas. El yodo es un oligoelemento esencial para la vida humana. Se almacena en el tiroides y sirve para fabricar diversas hormonas, entre las que destaca la tiroxina. La ausencia de yodo da lugar al bocio, un endurecimiento de la glándula.
La carencia de yodo conlleva un retraso en el crecimiento y diversos trastornos mentales. El yodo es indispensable para la función tiroidea y para controlar el metabolismo de base.
La disminución de algunas hormonas durante la menopausia afecta al correcto funcionamiento de la glándula tiroideaNuestro organismo no almacena el yodo, por lo que debemos aportarlo con la alimentación (peces, crustáceos, algas marinas, etc.), o con complementos alimenticios. Por ejemplo, la Salicornia (una “falsa alga”), contiene de forma natural una gran cantidad de yodo orgánico de origen marino (el más asimilable y eficaz) que favorece la secreción de hormonas tiroideas. También es rica en cobre, el cual ejerce un efecto regulador tiroideo y suprarrenal, y en calcio, que contribuye a la prevención de la osteoporosis, proceso íntimamente ligado
a la menopausia. Otro complemento adecuado durante la menopausia es el Lúpulo, recomendado en casos de ansiedad, insomnio, e insuficiencia ovárica hipoestrogénica de diversos
orígenes.