Revista Sociedad
María, ex niña soldado en Colombia, estremece con sus palabras: “Un niño no debería estar empuñando un fusil. Un niño debería estar empuñando un cuaderno para ir a estudiar, empuñando un juguete. A la edad de 12 años, un niño no debería estar empuñando un arma.”” Contaba sólo doce años cuando fue reclutada por la guerrilla en Colombia, fue maltratada física y verbalmente y contempló abusos sexuales y asesinatos entre menores combatientes para mostrar fidelidad al grupo. Una experiencia que con total seguridad le marcará la vida para siempre y que no logrará olvidar jamás. Tras cuatro años en esa situación, María encontró fuerzas para escapar. Hoy tiene veinticinco años y trabaja para ayudar a otras menores y mujeres afectadas por el conflicto. Acaba de llegar a España para dar a conocer su experiencia como niña soldado y concienciar a la sociedad de la necesidad imperiosa de acabar con semejante lacra. Colombia está llena de historias de infancias robadas y rotas por la persistencia del conflicto armado. Se cree que al menos 8.000 niños y niñas son utilizados como soldados y la edad media de reclutamiento no llega a los 13 años, según Naciones Unidas. Se desconoce con exactitud cuántos menores soldados hay en el mundo, pero se sabe que son decenas de miles. En 2007, al menos 24 países utilizaron niños y niñas en conflictos militares y con fines de inteligencia militar. Son países despiadados a quienes no les importa en absoluto sacrificar su más preciado tesoro, sus opciones de futuro, su infancia. Os dejo aquí el testimonio de María, obtenido gracias a Amnistía Internacional, porque me parece que merece la pena ser difundido por su triste y desgraciada actualidad. Es la trascendencia de estas cosas la que nos debería de hacer reflexionar con serenidad.