Una nueva nota de prensa publicada en CANAL PRENSA
/COMUNICAE/
En solo cinco años el número de víctimas ha aumentado un 20%, según cifras del Ministerio del Interior. En el caso del ciberbullying, la cifra asciende hasta el 90%
Acoso verbal, físico, social o ciberbullying. Solo en 2017, un total de 1.054 menores sufrieron acoso en las aulas, según los últimos datos del Ministerio del Interior. Esto supone un incremento del 20% en tan solo cinco años. Cifra que asciende hasta el 90% en el caso del acoso a través de Internet y las nuevas tecnologías.
El aumento alarmante de esta última modalidad, conocida como ciberacoso, ha provocado que se sitúe como la principal preocupación entre las familias con hijos entre 5 y 11 años, según el estudio “Menores e Internet: la asignatura pendiente de los padres españoles” elaborado por Qustodio. Sin embargo, la edad media a la que sufren los primeros casos de ciberbullying se sitúa en los 12,2 años, como afirma Fundación ANAR, afectando de forma más a común a niñas (66%).
Otro dato alarmante, es que solo 1 de cada 3 menores afectados se atreve a denunciar esta situación, según CEAPA (Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado).
Teniendo en cuenta estos datos, y coincidiendo con la celebración del Día Mundial Contra el Acoso Escolar, desde Qustodio, plataforma de seguridad y bienestar digital para familias, han analizado cuáles son los principales síntomas que alertan de que un menor pueda estar sufriendo este tipo de situaciones:
- Problemas psicológicos. Ansiedad, estrés, depresión o falta de sueño, son algunas de las consecuencias de sufrir acoco escolar. Problemas que pueden acompañarles hasta 40 años después, según un estudio de la Universidad King’s College. En el caso del ciberbullying, a diferencia del ‘acoso tradicional’, el menor puede ser acosado a cualquier hora y desde cualquier lugar.
- Cambios en el uso de las nuevas tecnologías. Este tipo de acoso basado en humillaciones, amenazas y chantajes a través de Internet y redes sociales puede provocar que la víctima cambie drástica y repentinamente su forma de usar los dispositivos, llegando a hacerlo a escondidas de su familia o, incluso, provocar una desconexión total.
- Rotura de las relaciones sociales. El acoso constante repercute en la autoestima y su confianza en quienes le rodean. En este sentido, es fundamental estar alerta si el menor deja de hablar con sus amigos de siempre o de salir de casa.
- Falta de interés por la escuela. Muchas de estas situaciones suceden en el aula, por lo que es común que pierdan interés por todo lo relacionado con el colegio, incluso, no ir a clase o pedir un cambio de colegio.
- Aumento del fracaso escolar: El 28% de los menores afectados por ciberbullying señaló que su rendimiento en los estudios bajó desde que empezó a sufrir acoso, según la Fundación ANAR. Por ello, los padres deben hablar con sus hijos si notan una bajada destacada en sus notas, especialmente si se habla de un alumno con buenos resultados.
Por todo ello, un buen consejo para prevenir el acoso en el entorno digital según María Guerrero, Psicóloga experta de Qustodio es “poner límites para entrar en Internet. Si el niño desde que empieza a interactuar en la red está supervisado y acompañado por adultos aprenderá a navegar por internet de forma segura desde el inicio”.
Fuente Comunicae
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