Días pasados compartí en mi cuenta de twitter una mini reflexión a partir de algo que leí en la revista Bazaar UK que me trajo mi amiga Virginia de su viaje a Londres.
Se trata de la carta de la editora, Justine Picardie, la cual comienza con una frase que refleja lo que pienso sobre la moda hoy, en pleno siglo XXI, y por eso sentí la necesidad de subirla a la web y traerla a colación hoy aquí mismo.
EDITOR’S LETTER APRIL 15
There has always been an authoritarian breed of fashion commentators who will declare at the start of a season that long skirts are in or out, and pink is the new black (or vice versa). But this rigid attitude becomes difficult to maintain in an era such as ours, when fashion is far more eclectic, offering choices rather than diktats; which is why Bazaar’s latest issue includes a glorious array of suggestions, instead of hard and fast rules. (...)
As always in Bazaar, with its heritage of commissioning the best and brightest authors and artists – from Virginia Woolf to Tracey Emin – we move beyond the rigid boundaries of journalism, with literary memoirs in our travel section, and a story on the recipes of Jackson Pollock. These leaps of imagination are true to the spirit of Bazaar, with its continuing commitment to look at the world around us in unexpected ways. To quote Diana Vreeland again: ‘I don’t go to see a great play, I go to see a great interpretation. Everything is interpretation.’
In an age of endless bombardment of information, gossip, babble, white noise, many of us yearn for something different, something more sophisticated and thoughtful. Here’s hoping you will find such treasures to cherish in Harper’s Bazaar...
APRIL 2015. (para leerla completa click acá)
En líneas generales, la carta habla de la libertad, un valor muy apreciado por Bazaar, y sobre todo, reflexiona en torno a cierto autoritarismo que se percibe aún hoy en día en los ámbitos de la moda. Muchas veces me ha pasado entrar a Twitter para ver qué se cuenta y toparme con cataratas de sentencias sobre lo que NO puede lucirse, las palabras que NO deben decirse en moda, las combinaciones PROHIBIDAS, la crítica despiadada a alguien que por mantener su estilo -no necesariamente acorde a los cánones imperantes- es juzgada como si fuera culpable de un pecado mortal. Eso por no hablar de los programas de TV en los que expert@s con varita y paletita en mano dictan veredicto sobre medio mundo; salvo sus amistades y personajes que están más allá de todo.
Vivimos en la era del "dedito" levantado para señalar el "error", en esa tiranía donde aparentemente unos pocos tienen el monopolio de lo IN y lo OUT y que hace que mucha gente viva en un estado de inseguridad y permanente búsqueda de aprobación. Como si esa mirada ajena fuera el faro que guía la corrección en cuanto al vestir. Esto no quita que se pueda opinar, por supuesto que eso es buenísimo; de hecho acá mismo siempre se emiten opiniones personales; pero justamente se hace desde la propia subjetividad y es antecedido por la aclaración "por lo menos para mí", en "mi opinión", y no bajando el martillo de la sentencia. Me gusta que una revista invite a liberarnos de esas tiranías, que apueste a reflexionar sobre la libertad de expresar nuestra personalidad con el estilo que mejor nos represente -aunque no sea el avalado por el mainstream-, y que haga hincapié en que estamos lejos de aquellos años en los cuales la moda era un protocolo que de tan rígido terminaba por quebrarse.
¿Qué dicen, amig@s? ¿Adhieren a esta visión? Me encantaría leer sus opiniones y que pensemos junt@s la moda. Nos leemos hoy y todo el finde XL.
¡Felices Pascuas!