Menos da una piedra. O por algo se empieza. El anuncio del ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, de la reforma de la ley del aborto, en el que se exija el consentimiento paterno para las menores de edad ha sido recibido de forma desigual en la sociedad. De todos es sabido que lo peor de la vigente ley sobre aborto es declarar éste como un derecho de la mujer. Pero por algo se empieza.
Ni a mí, ni a ninguno de mis colegas profesores de secundaria se nos ocurriría dar una simple aspirina a ninguno de mis alumn@s, por mucho que insistiera el interesado. Sencillamente, necesitaríamos el consentimiento paterno, y no querríamos complicarnos la existencia. Es una contradicción muy fuerte permitir la interrupción del embarazo (que no deja de ser un eufemismo) a las menores de edad, sin que sus padres lo sepan. Está claro que los padres tienen una responsabilidad civil sobre los hijos, durante su minoría de edad. Y el aborto es una cuestión de suma importancia, para la vida del feto y también para el resto de la vida de la adolescente. Dejo el vídeo en el que Gallardón anuncia la reforma de la ley.