Menos es más

Ando últimamente un tanto obsesionada con el significado de esta breve frase: "Menos es más". He encontrado algunas explicaciones en la filosofía Zen y en otras corrientes espiritualistas pero, hoy en día, el menos es más, se aplica en todos los ámbitos: en el área empresarial, en las relaciones personales, en canciones, en arquitectura y decoración...   
  Aún no tengo muy claro el significado profundo de esta expresión, pero hay un cuento que me gusta mucho y que creo que refleja muy bien esta forma de enfocar la vida.
  Lo dedico con todo mi cariño a todos los lectores de Corazón Futuro, en esta ocasión, especialmente a los lectores de Méjico, deseándoos a todos unas felices fiestas navideñas.
  En cierta ocasión, paseaba un alto ejecutivo norteamericano por las playas de Cihuatlán, disfrutando de unos breves días de descanso, cuando vio llegar con su barca a la orilla a un pescador mejicano del lugar.
Eran las dos del medio día y el lugareño estaba amarrando su barca llena de pescado. El ejecutivo se le acercó. - Perdone, le he visto llegar con la barca llena de pescado pero, ¿no es muy temprano para volver de faenar? - ¿Temprano? ¿Por qué lo dice? Yo ya he terminado mi jornada de trabajo por hoy y he pescado lo que necesito.  - ¿Ya ha terminado hoy de trabajar? ¿A las dos de la tarde? ¿Cómo es eso posible?
  - Mire, yo me levanto por la mañana a eso de las 9, desayuno con mi mujer y mis dos hijos, luego les acompaño al colegio. Sobre las 10 me subo a mi barca y salgo a pescar durante toda la mañana hasta las 2 del medio día.
Con lo que pesco en esas horas, obtengo lo suficiente para que vivamos mi familia y yo, sin grandes holguras, pero felizmente. Luego vuelvo a casa, comemos tranquilamente, hacemos la siesta, recojo a los niños del colegio, me reuno con mis amigos para charlar, reír, cantar y tocar la guitarra, salgo a pasear con mi mujer y mis hijos, volvemos a casa, cenamos y a dormir.  - Verá, si me lo permite, le diré que está usted cometiendo un grave error en la gestión de su negocio, pues está desperdiciando la mitad de la jornada de cada día en actividades improductivas que no le reportan ningún beneficio. Podría sacar mucho más rendimiento de su barca si trabajara más horas, por ejemplo, de ocho de la mañana a diez de la noche. - Y eso, ¿para qué?
  - ¿Cómo que para qué? Por lo menos obtendría el triple de pescado y un rendimiento marginal creciente a largo plazo que le permitiría, en menos de un año, comprar otra barca.  - ¿Otra barca? ¿Y para qué quiero otra barca?
  
- ¿No lo ve? ¿No se da cuenta que con la suma de dos barcas, pescando 12 horas diarias, en dos años podría comprar otras dos barcas y ganar mucho más dinero?
- Pero, todo eso, ¿para qué?
- ¡Hombre! ¿Pero está ciego o qué? Si va reinvirtiendo los beneficios a ese ritmo, en 10 años tendría una flota de 20 barcas, con sus empleados, e incluso podría comprar un gran barco pesquero con congeladora...

El pescador mejicano volvió a responder riendo...
- ¿Y para qué quiero yo todo eso?
- ¡Cómo se nota que usted no tiene visión de negocio ni de futuro! ¿No se da cuenta? Con todos esos barcos tendría suficiente patrimonio y tranquilidad económica como para levantarse tranquilamente por la mañana, a eso de las 9, desayunar con su mujer y sus hijos, salir a pescar unas horitas por placer, para entretenerse,  comer junto con su familia, hacer la siesta...
- ¡Aaaaaah!... ¿Y eso no es todo lo que yo tengo ahora?