En los últimos años el nivel de éxito en el emprendimiento y el intraemprendimiento no ha logrado mostrar mejoras significativas. De acuerdo con cifras publicadas por Forbes el 90% de los emprendimientos fracasa en el primer año, mientras que la firma global de consultoría Simon-Kucher, luego de analizar 1600 empresas a nivel mundial, encontró que el 72% de las innovaciones que se lanzan al mercado, fallan.
Por más de una década y en mi rol de emprendedor, inversor ángel, capitalista de riesgo en Velum Ventures, y consultor empresarial y mentor, he conocido y evaluado más de 1500 intentos de emprendimiento e intraemprendimiento en América Latina y si bien no llevo la estadística estoy seguro de que la tasa de fracaso es aún mayor en la región que las antes mencionadas.
¿Por qué razón los emprendimientos fracasan tanto?
CB Insights ha analizado el tema en Estados Unidos en emprendimiento digital y encontró que el 79% de los fracasos son motivados por la falta de “necesidad en el mercado” de las soluciones propuestas y temas asociados y sin duda ese es el principal motivo. Ajustando el análisis a Latinoamérica, considero que los dos principales motivos de fracaso son los siguientes:
- Los emprendedores y las empresas empiezan por una idea y no por una oportunidad.
- Los emprendedores y las empresas no tienen estrategia.
Las dos razones están ligadas y de hecho, no podría existir la segunda sin la primera. En este artículo quiero explicarles la importancia de pensar en oportunidades y no en ideas a aquellas personas que ya están encontrando problemas y desafíos con sus proyectos.
¿Por qué no empezar por ideas?
Muy simple, es el desgaste y desperdicio más grande de recursos mentales y económicos que pueda existir, lo menos “lean” que uno puede hacer (lean= no desperdiciar recursos), ya que las ideas solo son importantes cuando previamente se identifica una oportunidad que vale la pena capitalizar. Una idea generalmente hace que el emprendedor se lance al mercado sin evaluar riesgos ni segmentos, porque siente que esta es suficiente para lograr conquistar el corazón de los clientes, y si bien hace parte de la solución, debe convertirse en una oportunidad para realmente lograr un objetivo. Ahora, una oportunidad es una tarea a resolver en un determinado contexto en el que la empresa o consumidor que la tiene que resolver, está luchando por hacerlo de una mejor manera y por lo tanto está abierto a la posibilidad de escuchar nuevas propuestas de valor y a realizar un “switch” (cambio de solución).
Sin embargo, no se puede asumir que hay una oportunidad por simple ocurrencia, se debe analizar conscientemente a partir de:
- Analizar, en caso de que se tenga, la experiencia previa de quienes buscan emprender.
- Revisar tendencias de mercado por observación y fuentes secundarias.
- Formular hipótesis de la “tarea en contexto” con sus respectivos segmentos y soluciones actuales.
- Salir a entrevistar en profundidad a por lo menos 10 consumidores que tengan la tarea en contexto.
En la metodología #LeanStrategy que creamos el Jobs Map, nos permite trabajar las tareas y sus contextos de manera ordenada, no solo identificando la tarea a resolver, sino también aquellas relacionadas a las que podríamos buscarle solución a futuro, para ayudar desde una sola estrategia y varias propuestas de valor al futuro cliente o usuario.
Luego de analizar las entrevistas realizadas y extraer información relevante e insights, podemos validar o refutar nuestras hipótesis, seleccionar cuál relación de tarea-contexto-segmento nos interesa y así poder definir los siguientes puntos:
- Si hay una oportunidad.
- Si económicamente existe mercado atractivo para nosotros y si en realidad, podemos estar en la situación de competir por una parte de dicho mercado.
- Qué tipo de propuesta de valor debemos diseñar teniendo en cuenta el nivel de importancia y de satisfacción con la solución actual.
Después de tener esto definido podemos pensar en la “ideación creativa” para construir una marca (si es una startup y todavía no se ha trabajado en ello) y una o varias hipótesis de propuestas de valor para salir a validar con los clientes, con el objetivo de lograr el switch de una porción de los adoptantes tempranos del segmento target, para luego con los ajustes correspondientes y articulando perfectamente el modelo de negocio, escalar al mercado masivo.
En #LeanStrategy visualizamos el resultado final en un mapa estratégico, donde la relación de tarea a resolver-segmento-propuesta de valor siempre es el eje, pero todo el tiempo vigilando el entorno competitivo y no competitivo que nos puede afectar y donde nos aseguramos de que el modelo de negocio propuesto sea sostenible y escalable para lograr los objetivos buscados con el presupuesto disponible.
Para concluir, no me queda más que recomendar no dejarse llevar por el impulso y pasión de la idea y dedicarle los primeros meses del proceso a encontrar problemas reales o necesidades que puedan convertirse en grandes oportunidades. Inviertan esa pasión y esa energía en evaluar de manera consciente el camino que quieren recorrer, tómense el tiempo para cuestionar lo que ya dan por hecho y finalmente, decidan emprender de manera responsable y comprometida.
Por: Esteban Mancuso, MBA
@estebanmancuso
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www.leanstrategy.co