Este es un mensaje anónimo desde la revolución española para políticos, dictadores y plutócratas en todo el planeta:
¿Sorprendidos por la desobediencia a escala mundial?
Déjennos explicarles su delicada situación:
Hace millones de años que los seres humanos comenzamos a evolucionar. Desde entonces, nuestra especie ha transitado un camino oscuro y sangriento, que aislaba a los individuos condenándolos mediante la ignorancia a vivir aterrorizados.
El conocimiento, la ética y el desarrollo tecnológico han estado siempre condicionados por las élites y sus guerras, que al igual que en la metáfora Orweliana, no han hecho más que perpetuar esquemas sociales verticales y oscurantistas.
Hemos llegado al siglo 21 de nuestra era, tras dos guerras a escala mundial, cargando la posibilidad de conflictos nucleares con destrucción mutua asegurada. Anunciado el “fin de la historia” por sus supuestos economistas e intelectuales parecía más que nunca, que la posibilidad de buscar un orden más justo carecía de sentido.
Creyendo que habían frenado lo suficiente nuestro desarrollo racional, nos permitieron llevar adelante un modelo de progreso cuyo objetivo nunca fue más que hacerles aun más ricos y poderosos.
Sin embargo, no contaron con que el verdadero espíritu humano rechaza doblegarse siempre. Mientras ustedes creían conquistarnos definitivamente a golpe de shock económico, nuestra especie ha evolucionado nuevamente.
Usando sólo la fuerza de la cultura y la libertad, hemos reutilizado los recursos tecnológicos que nacieron de nuestro genio y que ustedes sólo nos proporcionan con intenciones consumistas.
Así hemos actualizado, mejorado e inmunizado nuestra fuerza, operatividad y eficacia. Absorbemos sus propias tácticas, técnicas e imaginario para dar forma a nuestros propios medios, sueños y retos.
Hoy, la revolución pacífica se extiende por el planeta como un desafío a su opresión y a su intento descarado por acallar la libertad de expresión.
Por fin, la información ha superado la masa crítica, explotando en un crisol de voces cuyos nuevos anhelos y necesidades no pueden ser cubiertas por su anticuado paradigma.
Ahora, interconectados humana y digitalmente, formamos una enorme conciencia colectiva.
Puede que sus medios corporativos silencien lo que ocurre, pero ya no podrán engañarnos nunca más. Pueden detener temporalmente algunos nodos pero el proceso continuará imparable y transformador.
Ya no importa qué medidas tomen para contrarrestarlo:
cuanta más violencia, censura y obstáculos pongan en nuestro camino, más exhiben su debilidad. De todos los lugares de la tierra, con ideas diferentes y de todas las condiciones, existieron, existen y existirán mujeres y hombres que se oponen a la pretensión de gobiernos que no sean verdaderamente democráticos, justos y solidarios.
Tras milenios de sufrimiento, nuestra especie se ha puesto en pie y ya nada volverá a ser igual. Su juego totalitarista toca a su fin.
Pero la historia, amigos, no ha acabado: empieza ahora. Aquí, en España, tomaremos las calles y marcharemos dónde sea necesario.
Recuerden, el cambio está sucediendo, con, o sin ustedes. La gente no debería temer al gobierno. El gobierno debería temer a su gente.
Nosotros somos el pueblo. Nosotros somos el único sistema.
Somos anónimos. Somos legión. No olvidamos. No perdonamos.
Esperadnos.