Revista Cultura y Ocio
Algunos viven para poner un grito de independencia
Para martillar en el tiempo la soledad y su avaricia
Algunos viven para libertar su propio ego en el polvo;
En la banca de los atardeceres estudian el árbol
Algunos odian tenderse a la muerte en su maltrecha casa
Y hociquean como focas de un rojo que entinta el océano
Algunos se prometen irse de la fugaz matera
Construir un capullo, un sueño, un beso;
Una morada donde su amor se encierre a adorarlo.
Algunos pretenden sofisticar el deseo
Poblarse de ausencias, desvelos, granizo en la espera.
De negro visten su elogio, su dolor, su cuna reducida en la selva.
Eso parece un gran deporte entre cautos y locos,
Un juego de sabios, pretendido por un aprisco de olvidos.
Algunos sostienen su parodia o su vida;
En una pira de marasmos entierran el alma
Algunos solo lloramos sin lágrimas
Perdemos la ausencia y nos besa el silencio
Algunos nos vamos pretendiéndolo todo
Soplando al viento sirenas y olas.