Recibo un mensaje de un amigo con el ruego de que lo haga llegar al nacionalismo obtuso que está envenenando España:
"Explicalé a los catalanistas furibundos que su lengua no es más que la elección que en su día hizo Pi Margall para establecer como "catalán" uno de los cinco dialectos occitanos que se hablaban en la Marca Hispánica, que Tirano lo Blanc está escrito en valenciano y por un valenciano, que toda la obra de Raimundo Lulio (R. Lluch para ellos) está escrita en menorquín, que la bandera de Cataluña es un robo que le han hecho a la Corona de Aragón, que los que ahora se llaman vascos, siendo realmente vascongados, eran miembros de tribus ibéricas compuestas por bárdulos, caritios y austrigones y que los vascones eran los actuales navarros, que la actual Vaconia no era la aldea de Axteris, donde los romanos no llegaron nunca, sino que ellos fueron los primeros que se rindieron. Tanto es así que Pamplona fue fundada por Pompeyo.
Diles también que la historia oficial que han forjado sus líderes nacionalistas es una sarta de mentiras, fácilmente desmontables por cualquier historiador serio e imparcial.
Diles también que me cansa este debate y que el nacionalismo es una enfermedad progresiva que sólo tiene dos curas: o abriendo la mente con filosofía y reflexión y con cirugía agresiva. Si no se aplican a tiempo esos remedios, es genralmente mortal y los pueblos que la profesan terminan desapareciendo, eso sí, después de haber causado sufrimientos y daños al entorno humano con sus estertores de agonía."
Juan: ¡Cumplido el encargo!