Revista Diario

Menstruación irregular durante la lactancia

Por Una Mamá (contra) Corriente @Mama_c_corrient

Bebé mamando

Yo estaba tan feliz con mi menstruación. Había estado sin ella 32 meses, hasta los 23 meses de Bebé. Como ya conté, empezaba a ser mucho tiempo para mi y tanto física como psicológicamente sentía que la necesitaba. Así que cuando vino me sentí bien, un poco trastocada emocionalmente al principio, pero muy contenta de sentir que mi cuerpo de nuevo volvía a activarse en ese aspecto.

Las primeras reglas tras regresar la menstruación durante la lactancia fueron estupendas. Los cinco o seis primeros ciclos fueron sorprendentemente puntuales y cortos para lo que yo estaba acostumbrada, nada dolorosos ni incómodos. En definitiva, ¡estaba encantada!

Pero después de esos primeros seis meses de puntualidad, la cosa se ha desmadrado bastante. Mis últimos ciclos han sido de 31 días, 26 días, 38 días, 48 días y 28 días. Mucha irregularidad.

Tampoco puedo decir que me sorprenda en exceso ya que siempre he sido irregular (probablemente porque mis ovarios producen muchos folículos y “al elegido” le cuesta madurar). Pero en los ciclos entre ambos niños no fue una irregularidad tan marcada ni tuve nunca ciclos tan largos.

Ni qué decir tiene que en el ciclo de 48 días me mosqueé un poco. El ciclo anterior ya había sido largo pero cuando empezaron a pasar los días y ni rastro de la regla, no podía dejar de repasar mentalmente a diario si es que habíamos cometido algún desliz y venía otro baby de camino. ¡Tendría guasa la cosa que después de lo muchísimo que nos ha costado hornear a nuestros hijos hubiéramos dado en la diana de rebote y sin buscarlo!

Lo cierto es que aunque Bebé siempre ha mamado con frecuencia y en abundancia, sí que tuvo un periodo en el que espaciaba más las tomas (probablemente coincidente con esos primeros ciclos súper puntuales) y últimamente hemos vuelto a un amamantamiento muy frecuente aunque también más corto, ahora ya casi siempre en forma de chupitos (al menos durante el día).

Sin duda esto es lo que explica la irregularidad actual. En definitiva, lactancia y menstruación van dadas de la mano: el bebé mama, sube la prolactina, se puede inhibir la LH (y por tanto la ovulación), bajan los estrógenos, puede que también la progesterona y por tanto puede variar la menstruación o incluso no llegar.

En mi caso, estoy convencida que al menos ese ciclo tan largo de 48 días fue un ciclo anaovulatorio pues aunque no estuve nada pendiente sí que recuerdo haber pensado en algún momento que no había visto ni rastro de los patrones de fertilidad que suelo observar en otros ciclos, en mi caso por ejemplo me resulta muy sencillo observar el moco cervical de tipo fértil y estoy casi segura de que en ese ciclo no apareció.

Análisis me hice hace no mucho, estaban perfectos. Así que no tiene más importancia que el rollete de no tener nada claro qué duración va a tener el ciclo. Que aún con el convencimiento de que con un amamantamiento frecuente como el nuestro es bastante posible que algunos de mis ciclos estén siendo anaovulatorios, ¡más vale confiarse!

¿Os ha pasado? Porque estoy convencida de que hay muchas mamás lactantes por ahí con irregularidades en la menstruación, ¿verdad?

Foto | Sanutri Alimentación Infantil en Flickr CC


Volver a la Portada de Logo Paperblog