Cuando pienso en el ambiente y me detengo en famosas frases celebres que a lo largo de la historia nos han indicado la importancia de querer y cuidar a nuestra Madre Tierra, respiro fuertemente y pienso…..
¿Qué es lo que verdaderamente deberíamos hacer para conservar la biodiversidad animal y vegetal en nuestra Madre Tierra?
¿Tenemos realmente mentalidad conservacionista? ¿Aceptamos nuestra responsabilidad? ¿Somos conscientes de lo que hacemos?
Bueno…. La realidad nos dice lo contrario.
Por ejemplo, el 22 de abril se celebró el Día Internacional de la Tierra quizás fue recordada por unos, olvidada o pasada por alto, por otros.
Así es, nos involucramos en preocuparnos y resolver situaciones que para nosotros parecen ser más importantes, no pensamos en que cada día con nuestras actitudes y aptitudes contribuimos a “contaminar” el lugar donde habitamos, nuestra querida y necesaria Madre Tierra. Sin embargo, siempre nos viven recordando cuales serían las formas de contaminarla.
Pues, ciertamente, sabemos que la contaminación puede ser por los tres principales ambientes de la Naturaleza como son aire, agua y suelo, donde se desarrolla la biodiversidad tanto humana, animal y vegetal, pero no es nada mas cierto, que desde nuestro entorno comenzamos a impregnar en forma tóxica el ambiente cuando fumamos y vemos “con placer” ese humo abundante que se expande sin pensar el daño que ocasionamos tanto a nuestra salud como al resto en general.
Asimismo, otra forma de contaminar, es la expulsión diaria de gases contaminantes (monóxido y bióxido de carbono, bióxido de azufre, plomo, amoníaco, metano, dióxido de nitrógeno, metales pesados, entre otros) que generan los automóviles, motocicletas, vehículos de pasajeros, camiones, autobuses, etc. y por supuesto, las grandes y pequeñas industrias, sin obviar a la par de éstas fuentes de contaminación, la sónica, producida por el exceso de ruidos y la lumínica que generan un gasto de energía considerable.
Fíjense, ésta es sólo a nivel de aire, si ahora nos vamos al agua, podríamos mencionar esos indeseables derrames de petróleo y de desechos industriales, que a pesar de haber sido producidos en “forma accidental” también cargan su cuota de responsabilidad al observar cómo se eleva la mortalidad además de acabar con la esperanza de vida de la gran mayoría de especies marinas.
También, es necesario y no se puede pasar por alto, las descargas indiscriminadas de desechos sólidos tanto dentro de los cuerpos de agua como en sus alrededores y cabeceras tanto de mares como ríos, y en este caso, es importante mencionar los “polémicos plásticos” que impactan sobre el ecosistema marino fragmentándose en pequeñas partículas capaces de ser transportadas a grandes distancias por el viento y la misma agua, alcanzando hasta los océanos, sin ser biodegradables y por supuesto, muy tóxicas.
Siguiendo con esto, no podemos olvidar que investigaciones realizadas confirman que la cadena alimentaria de la cual dependemos como seres humanos, resulta también contaminada.
¡Qué les parece!
Es así, ya que por ser una cadena alimentaria, los seres microscópicos que componen el plancton marino comen micro plásticos, al igual que los animales filtrantes como los mejillones, esos mismos que usamos en ¡la Paella! Por igual, los peces de muchas especies comunes se alimentan de los fragmentos de plástico teniendo impacto y con efecto nocivo en la salud tanto de los animales como de los humanos. De ahí que el plástico internacionalmente es considerado un ¡Residuo Peligroso!
Ahora, viene el suelo que también se ve afectado por nuestra falta de conciencia cuando por ejemplo, usamos en forma indiscriminada los fertilizantes y plaguicidas produciendo efectos nocivos en el medio ambiente a nivel local y a gran escala en los seres vivos.
Una autentica amenaza provocada por nosotros, es la deforestación cuyas altas tasas de esta actividad están acabando con áreas ecológicamente importantes, como nuestros bosques tropicales húmedos y secos, de llanura, de montaña, una verdadera destrucción de nuestra superficie forestal y extinción de especies silvestres que viven gracias a esos bosques.
Ven, la falta de conciencia.
Por último, es necesario que les mencione, haber si les queda un poco en la mente, un dato interesante, para cambiar.
En un principio de nuestra historia, la economía y por supuesto la sociedad, le dio un uso excesivo a la energía fósil basada en el consumo de la energía procedente del carbón, el petróleo y gas natural. Sin embargo, como no se conocía o no se tenía la conciencia ecológica ambiental lo suficiente, todas estas actividades eran necesarias para el desarrollo de la industria y la economía de los países tanto desarrollados como sub-desarrollados.
Ahora bien, según las investigaciones, vemos con atención que la quema de los fósiles genera tal contaminación, que es necesario revertir esta situación. ¿Cómo?, bueno reduciendo las emisiones de los gases que representan la principal causa del cambio climático por su efecto invernadero. ¡Qué tal!
De ahí que la tendencia actual es hacia un nuevo modelo energético basado en la participación de millones de personas que produzcan, intercambien, almacenen y gestionen acciones basadas en la distribución de la energía 100% renovable, en forma eficiente y eficaz tanto individual como colectiva.
Y permítanme finalizar con una frase célebre interesante y muy consciente ¡Tú debes ser el cambio que desea ver el mundo! Mahatma Gandhi