Tras el parón de dos semanas, Mentes Criminales regresa esta semana con un emocionante capítulo dirigido por Thomas Gibson (Hotchner en la serie), que ya viene siendo costumbre verle como director en los créditos. El episodio, considerado como uno de los mejores de la décima temporada por un servidor, trata sobre un asesino que ha matado dos guardias de seguridad en una prisión. Por tanto el equipo tendrá que resolver el caso en un entorno ciertamente hostil y poco habitual. Te animo a que sigas leyendo. ¡ALERTA SPOILERS!
La unidad acude a la prisión federal para tratar de resolver uno de los casos más difíciles, la muerte de dos guardias con síntomas muy desagradables. Aparecen con diversas puñaladas, un calcetín en la boca y con siete dedos destrozados, pero lo peor aún está por llegar. La tarea es complicada porque, a pesar de tener a todos los sospechosos dentro de la cárcel, es un número demasiado grande de presos además de los propios guardias de seguridad. Así pues, el episodio en sí recuerda en muchas ocasiones a la excelente película Cadena Perpetua de Frank Darabont, que muestra la dura realidad diaria de los presos en la prisión de Shawshank. Al igual que en el largometraje, el episodio muestra muy bien el comportamiento violento de ciertos guardas y las consecuencias de la ausencia total de libertad.Los primeros pasos de la UAC son no confiar excesivamente en los guardas tratándolos igualmente como sospechosos, aprovechar la memoria eidética de Reid para que se aprenda los perfiles de todos los presos y comenzar entrevistando a éstos. El capítulo se convierte en una continua lucha entre la seguridad y la libertad, sin apreciar una justa ganadora. Además Thomas Gibson hace hincapié en enseñarnos en cada escena los malos tratos que reciben los presos, un tema que ha traído una larga controversia en Estados Unidos desde lo sucedido con la prisión de Guantánamo. De esta forma el equipo, a lo largo de todas las confesiones, encuentra dos personas clave que ayudarán a desvelar la línea principal para encontrar al asesino. Esta línea se asemeja bastante a la trama que ocurría en la película protagonizada por Tim Robbins y Morgan Freeman, en la que los guardias de la prisión maltrataban duramente a los presos.
La pista definitiva aparece cuando un guarda, cohibido por el asesino, desvela todos los acontecimientos que han sucedido inculpando al sudes. El caso parece resuelto pero, al igual que el final propiciado por el alcaide de Shawshank, no acabará sin hacer aún más ruido. La escena final en la que el asesino deja libre a todos los presos y éstos acechan golpeando a los agentes Morgan y Callahan es increíble, alcanzando un clímax bastante elevado.“Si quieres seguridad total, ve a una prisión. Dentro te dan de comer, te dan cuidados médicos y demás. Lo único que falta es libertad” (Eisenhower). Muchas veces pensamos que no estamos seguros pero la libertad puede llegar a ser la mayor seguridad de una persona, y el capítulo lo demuestra. A pesar de que sea una serie, ficción al fin y al cabo, en la realidad estos sucesos ocurren en el entorno de una prisión. La visión final en la que los propios agentes de la unidad desean salir rápidamente al exterior demuestra que las personas necesitamos la libertad, y quitárnosla por un delito es el mejor castigo.