Revista En Femenino

¿Mentir a los niños para evitar que lloren?

Por Maternidadsos

Siempre he pensado que no me gusta mentir a mis hijos. Les digo siempre por anticipado lo que vamos a hacer y no me gusta decirles cosas que no son verdad pero, ¿hay ocasiones en las que vale la pena mentirles para evitar que lloren?


Una tarde dejamos a Mario con sus abuelos porque Enrique y yo teníamos que viajar a Barcelona.

Ya le había contado varias veces durante el día que tenía que quedarse en casa de los iaios porque papá y mamá tenían que trabajar.

Evidentemente su respuesta era «No» o, como mucho, «con Mario».

Ya casi tiene dos años y medio y en este último mes ha pegado un gran cambio.

Ha pasado de decir palabras sueltas a formar frases coherentes de tres o cuatro palabras.

Y cuando le decimos que papá y mamá se tienen que ir, sabe perfectamente lo que significa y no le gusta un pelo.

Bueno, volviendo a lo de ayer. Cuando ya llevábamos un rato en casa de los abuelos, le pidió a la abuela que se quería bañar.

Se lo pasa de maravilla con ella, que juega mucho con él, así que lo metimos en la bañera.

Estando en la bañera le dijimos que nos teníamos que ir y empezó a llorar.

Como siempre, le explicamos que volveríamos pronto y que se quedaba con los abuelos pero, nada le consolaba.

Sólo decía «no se van, ¿papá y mamá no se van?»

Y nosotros vuelta a empezar

– Si cariño, pero ya sabes que después los papas vuelven.

- «no se van, ¿papá y mamá no se van?»

– Si con los iaios te lo pasas muy bien y mañana irás al parque

- «no se van, ¿papá y mamá no se van?»

– Si ya verás que dentro de nada estamos de vuelta

- «no se van, ¿papá y mamá no se van?»

Todo esto, llorando a moco tendido.

Así que al final mi suegra le dijo:

– No pasa nada Mario, los papás se van a comprar el pan, que a la iaia le hace falta y enseguida vienen.

Nosotros nos quedamos callados.

Mario se calmó, terminó el baño y le pusimos el pijama.

Cada vez que repetía la frase

- «no se van, ¿papá y mamá no se van?»

Nosotros acabamos contestado que íbamos a por el pan.

Conseguimos irnos sin que llorara más, pero los dos nos sentíamos mal. No sólo porque él estuviera triste y nos tuviéramos que ir, sino por el hecho de mentir para conseguir que dejara de llorar.

Evidentemente cuando no volvimos, tuvo una pataleta por lo que, aunque mentir retrase el llanto, es inevitable que antes o después habrá llanto.

¿Vale la pena, entonces, mentir para que no sufra en ese momento?

¿Pensará que sus padres le mienten y la próxima vez no se creerá lo que le digamos?

¿Hubiera sido mejor que llorara durante todo el baño y hasta que nos hubiéramos ido?

Este tipo situaciones te descolocan muchas veces como padre o madre.

No quiero mentirle, pero tampoco quiero verle llorar desconsoladamente.

En fin, supongo que lo importante es hacer cada vez lo que consideremos mejor para ellos, aunque si le preguntara a él

– Mario, ¿qué sería mejor que hiciera mamá en este caso?

Estoy segura de que me diría:

«No se van, papá y mamá no se van»

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