De nuevo Care Santos, después de mucho tiempo. Esta vez no la he leído; he escuchado su novela gracias a Audible estudios, de la voz de Lilian Rodas, y recomiendo a los seguidores de este blog que sigan mi ejemplo -aunque solo sea esta vez- pues pasarán varias horas bastante entretenidos.
Si Alberto, el inspector del caso que nos atañe no se hubiese empeñado en demostrar la inocencia de Eric, si Xeina no hubiese recibido las cartas del mismo, si Ben y Kevin no hubiesen actuado del modo en que lo hicieron, si Marta Villanueva no se hubiese empecinado en ligarse al malote de turno...
Tantos condicionales, tantas conjeturas y algunas mentiras.
Care Santos expone, narra una historia sencilla que se centra en el problema de la violencia juvenil, pero lo hace de pasada sin entrar en detalles, creando un argumento en forma de confesión de un menor al que se acusa de asesinato, asesino confeso para más señas. Y en cambio, su interlocutora, siente una gran atracción por el mismo, atracción que, fíjense por donde, surge a raíz de una carta en la que se cuentan muchas mentiras y en la que al mismo tiempo se dibuja el inolvidable El guardián entre el centeno, de Salinger, probablemente una de las novelas más comprometidas, influyentes y citadas de la literatura. "Pegamento del bueno", como diría alguien a quien conozco y aprecio. Las referencias a Saint-Exupéry se dejan para el final y la literatura, cómo no, se convierte en "coartada" para seguir leyendo.
Dotada de ritmo rápido, Mentira sorprende por suponer un cambio de registro en la trayectoria de la autora. Tomando el formato de carta-confesión, uno de los personajes actúa como emisor frente a un receptor que va decodificando su mensaje, dotándolo de matices, de interpretaciones leves, que no interrumpen la atención y dejan el canal comunicativo libre para que el contexto, carcelario, complete el cuadro.
La vida, a veces -muchas veces, más de las que quisiéramos- es difícil, y somos víctimas de sus requiebros. No es frecuente que menores de edad cometan asesinatos en nuestro país, pero su pena es muy inferior a la que se les impone a los adultos.Asistimos de vez en cuando a la sumisión, a la aceptación de penas por menores en el acto de cariño y amor más grande que se pueda uno imaginar. Este acto no siempre es recíproco ni es recompensado en el periodo de tiempo que encierra una vida. Se recurre, pues, a la romántica épica de la realidad. Sin embargo, tras los barrotes se encuentran también almas cándidas, e incluso inocentes, que plantean y vuelven a plantear la posibilidad de una reinserción eficaz. Sin duda, la formación, la lectura como elemento conductor de la cultura, y, por supuesto, el arrepentimiento y el propósito de enmienda, surgen como armas que defienden lo que a priori puede ser interpretado como falacia. Podríamos decir que es una novela que apela a estas cuestiones y a los sentimientos de quienes asisten como espectadores a la ternura de los personajes porque, lejos de ser crueles, es ternura la que desprenden Eric y Xeina en su peculiar diálogo.
Seguramente Xenia termine estudiando Medicina, su sueño, pero este paréntesis está más que justificado: Xenia, se ha enamorado.
Escuchen o lean, pero no dejen la posibilidad de hacerse con este título y corríjanme si me he equivocado al hacerles esta recomendación.
PD: esta novela fue merecedora del premio Edebé 2015, para más señas.
Si quieres hacerte con un ejemplar lo puedes hacer desde el siguiente enlace: Mentira
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure