Muchas veces no nos detenemos a analizar si lo que oímos repetitivamente es cierto o es falso. A fuerza de oír algo muchas veces creemos que es cierto, sin embargo hay veces que una mentira a base a fuerza de repetición es tomada popularmente como cierta. A continuación va una lista de mentiras que comúnmente se aceptan como verdaderas por mucha gente.
El primer presidente de la democracia no fue Adolfo Suárez, si no Manuel Azaña. Adolfo Suárez fue presidente por primera vez sin pasar por las urnas elegido a dedo por Juan Carlos I, después fue proclamado presidente del gobierno tras las elecciones de 1977. Todo el mundo interesadamente olvida que tras la proclamación de la segunda república española Niceto Alcalá Zamora asumió provisionalmente el cargo de Jefe de Estado y Presidente del Gobierno, hasta que se celebraron las elecciones de 1931 en las que Manuel Azaña fue elegido por los diputados electos como Presidente del Gobierno y Jefe del Estado.
América no es un continente, son dos continentes diferentes que colisionaron hace tres millones de años. Fruto de esa conexión se creó el mar Caribe y se produjo una transformación en las corrientes que cambiaron el clima en todo el planeta.
Un año de vida de un perro no son siete años de un humano. Eso es simplemente el resultado de dividir la esperanza media de vida de un hombre y de un perro. Haciendo esos cálculos rápidos podríamos decir de la misma forma equivocada que un año de un león equivale a tres de una persona. En realidad la maduración de un perro depende mucho de la raza. Los primeros años se desarrollan a una velocidad muy grande. Equivaldría a entre 10 y 15 años de un humano, después esta velocidad decrece y se estabiliza. No es algo constante.
Los cinco continentes son en realidad séis. De pequeño siempre me decían que había cinco continentes a saber. Europa, Asia, América, África y Oceanía. Pero resulta que se olvidaban de algún pequeño detalle. América en realidad son dos continentes, Europa y Asia forman sólo uno y por supuesto faltaba el enrome pedazo de tierra enterrada por un par de kilómetros de hielo en el polo sur. Por tanto los continentes son 6: América del Norte, América del Sur, África, Oceanía, Antártida y Eurasia.
Eso sí los océanos sí que son cinco…que tiene rima.
El teléfono no lo inventó Grahan Bell. Si no el italiano Antonio Meucci muchas décadas antes. El pobre ingeniero italiano no tuvo dinero para que su patente perdurara en el tiempo. De ello se aprovechó con el tiempo Graham Bell que lo patentó a su nombre y se llevó la gloria de la invención.
La cerveza no produce barriga cervecera. Es falso que tomar cerveza produzca barriga, las calorías de la cerveza son menores a las de la leche, la horchata, el vino, o el resto de bebidas alcohólicas. La barriga la produce el estilo de vida que muchos cerveceros practican: mala alimentación y falta de ejercicio. Pero claro es mucho más fácil echarle la culpa a la cerveza que decir que se es perezoso.
Los ingleses no conducen por el lado contrario. Los que conducen “al revés” son todos los demás. En un planeta en el que está aceptado mayoritariamente que todo se hace con la derecha, los caballeros a caballo circulaban por las calzadas por el lado izquierdo, para poder desenvainar la espada con la derecha y defender su flanco derecho. Así fue todo hasta que Napoleón invadió toda Europa y cambió el lado por el que circulaban sus tropas, porque Napoleón además de bajito y francés, era zurdo.
El huevo fue antes que la gallina. La discusión sobre qué fue antes, si el huevo o la gallina es una tontería sin sentido. El huevo es el embrión del que sale el pollo, son genéticamente el mismo ser vivo. Es decir una gallina sólo puede salir de un huevo.
El sonido de los patos sí que produce eco. Cualquier onda sonora puede rebotar y la de los patos no es una excepción.
Un equipo de la Universidad de Salford investigó a fondo el asunto con la ayuda de una voluntaria: la pata Daisy. Encontraron que el ‘cuac’ del pato sí que hace eco, pero is bastante complicado escuchar ese eco debido a la calidad del sonido del ‘cuac’ del pato. Un sonido que se sube y baja de intensidad (como el cuac del pato) produce un eco que se puede mezclar con el sonido original que lo produjo. Esto hacer que sea difícil dintinguir el original del eco.
Eso sí tiene que haber algo contra lo que rebotar. Normalmente el habitat de los patos no es el propicio para que se produzca eco. Lo que me extraña es que todavía no hayan dicho que el sonido de los camellos del desierto de Gobi no tenga eco tampoco.
El alcohol no mata las neuronas. De hecho si fuera cierto no habría podido escribir estas líneas. Para que se produzca un daño neuronal la concentración de alcohol debería ser muy alta cercana al 100% y con un 0’1% ya estamos bastante ebrios. Lo que sí que se deterioran son las conexiones entre las neuronas, disminuyendo la calidad en el funcionamiento del cerebro, lo cual sería una explicación a esta entrada que he escrito.
Si no compartes esto no morirá ningún gatito. Si eso fuera cierto los restaurantes chinos se quedarían sin carne enseguida…¿o lo de los gatos y los chinos es otro mito?