Revista Opinión

Mentiras y gordas (o la otra Sinde)

Publicado el 21 diciembre 2010 por Observadorsubjetivo

Imagino que la mayoría de vosotros no habréis visto la peli del mismo título que este post. Reconozco que estuve a punto de hacerlo pero, al final, después de echarle una ojeada por encima, desistí... y eso que aún no sabía quién es una de las co-guionistas...
Sí amigos... os invito a visitar su ficha IMDB... no os equivocáis... la mismísima "menestra" de cultura, doña Ángeles Gonzalez Sinde... pero, ¿en manos de quién tenemos el país? (pregunta retórica, pero os invito a intentar responderla...). Picado por la curiosidad, continué buscando más obras maestras fruto de tan lúcida e inestimablemente valiosa mente, y encontré su currículo en también en IMDB. Bueno, pues tampoco está tan mal... ha participado en dos o tres películas de cierto renombre, la más exitosa, sin duda, La Buena Estrella.
Mentiras y gordas (o la otra Sinde)Y de aquí he saltado casi sin darme cuenta a la reflexión de ¿por qué una persona que, más o menos, parece ir ganándose la vida en un negocio digno, se presta a la pantomima de dar su nombre (su apellido) a una ley tan ingrata, impopular e inútil como la ley anti descargas? Es de entender que, como parte de un negocio implicado en una de las mayores polémicas sociales de nuestros días, quiera tomar parte... y lo haga a favor de quienes hasta ahora le han ido dando de comer.
Pero esta señora apenas tiene 40 años, y, sin duda, tendrá una carrera como ministra más bien corta... ¿qué pasará cuando vuelva a su antigua profesión, pero contando con la oposición del público que debería generar los ingresos que le sustenten? ¿vamos a tener en cuenta si pagar una entrada para una peli en la que participe esta señora dentro de cinco años, quienes estamos en contra de limitar el intercambio de bienes en red sin ánimo de lucro?
En este blog he escrito varias veces sobre el tema del intercambio en red, sobre todo hablando del intercambio de libros y, algo menos, de música. En ambos casos, un usuario normal, no implicado en dichas empresas como soy yo, puede tener una visión relativa de lo que está pasando pero, cuando le dicen cómo menguan esos negocios, no tiene más remedio que creérselo. Sin embargo, aún voy al cine de vez en cuando, porque considero que es una buena experiencia, que aún no puedo reproducir totalmente en casa, y por la que merece la pena seguir pagando. Y veo lo que cuestan las entradas, y cuánta gente va al cine... y cuántas pelis se siguen realizando al año (incluso en España, a pesar de lo que digan). Y eso que estamos en crisis... hace dos semanas fui al cine con mi hijo, a ver una peli en 3D; pagamos 18€ por las entradas, más la bebida y las chuches. No está mal...
Claro que ya poca gente compra DVDs o Blurays (señores, cuestan más de 25€ cada uno, y una peli no se ve dos veces a la semana... eso la que te gusta). Apenas quedan ya video clubs (físicos, casi ninguno y virtuales, comienzan a aparecer alguno con dudoso éxito). Y el motivo, sin duda, es que mucha gente se descarga las pelis en 1080p, pero... ¿realmente la industria del cine está en peligro por las descargas ilegales? Sinceramente, creo que la situación de este negocio tiene poco que ver con los otros dos (libros y música); los actores reciben gran parte de sus ingresos de otros medios, la publicidad está muy bien integrada en las películas, existe el negocio paralelo de la televisión para prácticamente todo el espectro de profesionales... en definitiva, parece que están encontrando una forma de sobrevivir y adaptarse en lugar de, simplemente, llorar.
Creo que doña Ángeles se ha equivocado, sinceramente. Creo que ha dejado que la pongan como cara visible de una serie de medidas orientadas exclusivamente a pagar el apoyo de un sector cultural a ZP en las últimas elecciones. Creo que está cargando con la mala imagen heredada de las sociedades de gestión de derechos... y todo ello viniendo de una profesión ni mucho menos tan impactada por este debate como la musical o la editorial (¿Teddy Bautista for president?).
En este momento acabo de leer que la ley Sinde ha fracasado en el Congreso. Lo celebro. Por lo que léi sobre ella, creo que era una mala solución para un problema muy complejo, que no puede resolverse (exclusivamente) con represión. Cerrar webs no es la solución... la solución pasa por, entre todos, conseguir que dichas webs no sean necesarias.
Quiero cultura en formato digital y a precios asequibles. Quiero que se invierta en desarrollo y no en represión.


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