Revista Deportes
Que Iker Casillas iba a marcharse del Real Madrid era algo que todos sabíamos, y lo malo para el jugador es que no se atreviera a hacerlo antes. Desde que Mourinho lo puso en la diana, medio estadio, muchos ¿periodistas? y la mitad del madridismo(los del Mourinho y cierra España) se la tenían jurada. Y si no se fue antes es porque nadie podía asumir su contrato y porque el Real Madrid no se lo pagaba si iba a un equipo con opciones en Europa.
Pero la despedida ha sido patética, esperpéntica, ridícula a más no poder. La primera despedida en total soledad, abandonado, sin sus compañeros, como un apestado, no era la que merecía un tipo que ha jugado 25 años en un club(más o menos como Xavi en el Barça) que ha sido el mejor del mundo y que ha salvado tantas veces a los blancos con paradas inverosímiles.
La segunda despedida, ya sin lágrimas fue un monumento a la ridiculez, un canto a lo absurdo, elevar la mentira a categoría de comedia bufa. Salir Florentino diciendo que el Real Madrid no quería que Casillas se fuera, es para que se te caiga el vaso de las manos, afirmar que el Real Madrid deseaba fervientemente que Casillas se retirara en el club blanco, es para que a Florentino le hicieran la prueba del polígrafo(no se vayan, después de la publicidad) y que el aparato explotase en directo.
Iker se marcha al Oporto y en algunos madridistas de mi entorno sobrevuela el miedo de que vuelva a ser algo parecido al que fue, y pagando el Madrid. Pero los seguidores de Mou( a estos el Madrid les importa menos, el amor tiene razones que la razón no entiende y el odio también) le desean todos los males del mundo a un tipo que debería tener en casa la que ellos llaman octava, y al menos una de las orejas de las otras dos ganadas posteriormente.
3 Champions, 5 ligas, 1 mundial de clubes, 1 Mundial de selecciones y 2 Eurocopas avalan su trayectoria, y en el Real Madrid pagan 20 millones para que no sea de la plantilla, para perderlo de vista, para apartarlo del escaparate.
El veneno que Mou inoculó en una parte del madridismo, ha ido haciendo efecto, dia a dia. Un paseo por algunos blogs(amateurs y semiprofesionales) dan idea de hasta qué punto ese odio ha calado, hasta qué pùnto han condenado a Iker al olvido con insultos y descalificaciones que no merece ni el peor de los enemigos. Nunca le perdonaron aquella llamada a Xavi para aclarar las cosas, nunca le perdonaron que fuera el capitán y diera la cara, ni que en la vorágine de agresiones, dedos en ojos, desprecios al rival e insultos al árbitro, Casillas no quisiera ser el más mouriñista, y que se avergonzase
de verse en la imagen llamándole caradura y ladrón al árbitro, y en su vergüenza profesional llevó la penitencia. El "conmigo o contra mí" le pasó factura y esta temporada, cada balón colgado, cada pase atrás era una sinfonía de silbidos y de insultos que hicieron que en palabras del propio Florentino, Iker estuviera "hasta los huevos"(sic).
Casillas se va a Oporto y volverá a sentirse apoyado por los aficionados, dejará de escuchar pitos cada vez que toque el balón y recibirá aplausos con sus intervenciones en lugar de comentarios del estilo "le ha ido al cuerpo" o "ha sido suerte". No volverá a ser lo que fue, porque nadie puede darle a las agujas del tiempo y volverlo al pasado, pero volverá a creer en sí mismo, y sorpendentemente, tendrá más seguidores fuera del Madrid que dentro. De hecho el propio club dejó de seguirle en twitter en su ridículo despido.
Hace un año, modestamente, desde aquí le pedíamos como español y como culé que se fuera, que se encontrara de nuevo con la ilusión, que recuperara las ganas de levantarse pronto para ir a entrenar. Que los suyos estuvieran en su lado y no en el rival, que su afición perdonara sus errores y aplaudiera sus aciertos, y que volviera a disfrutar de ser futbolista.
Como culé recuerdo paradas increíbles, enfados monumentales por esos reflejos que no parecían humanos, y afortunadamente no volveremos a sufrirlos en contra.
Esperemos que Iker sea feliz y sobre todo, que en su antiguo club lo echen de menos.
Iker y los aficionados del Barça sonreiremos si eso ocurre.