La semana pasada ya os avisé en esta entrada (click) que iba a hablar sobre Pa Negre de nuevo en un miércoles de Gastroexperiences (y ojo que no me llevo comisión, ¿eh? Jajaja). He escrito sobre ellos muchas veces, sí, pero es que el otro día probé su menú de domingo, cosa que nunca antes había hecho ya que siempre había comido a la carta. Y me apetecía contaros la experiencia.
El menú se compone de tres entrantes a compartir, y después un plato principal a elegir. Incluye postre y bebida, todo por 24 € por persona. Y la verdad es que cuando os enseñe todo lo que comimos vais a ver por qué mereció la pena...
En primer lugar, como en todo buen restaurante que se precie, teníamos en la mesa un cubo con diferentes tipos de pan, tomate y allioli. ¡Clásico y buenísimo!
Después, comenzaron a llegar los entrantes: el primero, una ensalada de tomate, ventresca y piparras. ¡No me lo podían haber acertado mejor! ¡Me encantan las piparras! Y además si pican, ya me tienen conquistada. Disfruté mucho y además la ensalada era enorme.
En segundo lugar, unos calamares en tempura. La tempura estaba perfecta, y me gustó mucho el toque diferente, ya que estamos acostumbrados a comer los calamares a la plancha o con un rebozado diferente, no en tempura. Buenísimos.
Como último entrante un revuelto de trigueros y gambas. Mi chico que es fan de los revueltos disfrutó de lo lindo.
Los platos principales también iban bien cargados, y podíamos elegir entre una carne, que si no recuerdo mal eran carrilleras, un pescado y un arroz. Yo elegí pescado, que resultó ser bacalao glaseado con allioli, porque últimamente veo carrilleras everywhere, me encantan pero estoy un poco saturada. El bacalao se deshacía, buenísimo y con un allioli suave y un poco doradito por la parte superior. Buena elección Carmina.
Mi chico que es muy arrocero (no como yo), pidió el arroz con bogavante del menú, podéis observar en la foto la barbaridad de plato que le pusieron, y no solo eso, sino que ¡casi medio bogavante se pudo comer el señorito!
Después, como ya teníamos la barriga llena, pedimos el postre para compartir: un coulant de chocolate con helado. Si es que no tenemos medida...
Como os comenté la semana pasada, regamos esta comida con un vino de Castellón, Barranco Magro, una grata sorpresa. Y después, por cortesía de la casa, nos hicimos dos chupitos de licor de arroz. Una experiencia para compartirla con vosotros, ya que pude disfrutar de este restaurante de una forma diferente a la habitual. ¡Nos vemos el viernes con un nuevo vino! ¡Feliz miércoles!