Revista Cultura y Ocio
"Supongo que después de leer mi apasionante libro tendrás ganas de ser como yo. Eso siempre nos pasa a los triunfadores. Eso sí, no esperes convertirte en chef de la noche a la mañana. A mi me costó años, pero yo te ayudaré libro a libro, receta a receta, para que te conviertas en alguien tan excepcional como yo.
Hoy te enseñaré a preparar macarrones zombiescos (que los humanos denoninan Macarrones a la boloñesa). Y si querías otro plato... pues te aguantas."
Los niños de hoy son los lectores del mañana. Qué bonita frase, ¿verdad? Y qué cierta, dicho sea de paso. Así que cuando tenemos cerca un niño intentamos inculcarle nuestra pasión lectora. Ya si el niño es nuestro la historia se convierte en algo personal, contamos casi sus lecturas pensando en si le gustará o no leer. Y toca pensar en títulos. Los libros infantiles vistos por un adulto se podrían dividir en tres categorías (las mismas que para los adultos, lo comentaba ayer mismo en un blog, pero hoy no es el tema). Los libros que nos gustaría que leyeran, que suelen ser esas pequeñas joyas con magníficas ilustraciones que compramos para nosotros con la excusa del niño, los que consideramos que tienen que leer, es decir, esos títulos clásicos aceptados por todos como buenos pero que muchas veces ni hemos leído nosotros; y, finalmente, los libros que los niños quieren leer. Que son esos que leen con una sonrisa, les hacen incluso soltar alguna risotada y que en ocasiones llevan títulos que nos ponen, cuanto menos, nerviosos y usan apelativos de dudoso gusto para familias o aparecen mónstruos un tanto peculiares.
Sin embargo, si los adultos somos capaces de disfrutar y convertir en un éxito de ventas libros como Cincuenta sombras de Grey, el mismo derecho tienen los niños a disfrutar con sus lecturas aunque no vengan firmadas por Andersen. Hoy os hablaré de unos libros que pertenecen a este grupo. Se trata de La cocina de los mónstruos.
En estos libros conocemos a Bermúdez, un cocinero de un colegio que tiene mal carácter. Un día sirviendo una sopa en mal estado convierte a una parte de la población bastante considerable en zombis y, claro, él como buen cocinero también había probado la sopa. A partir de aquí comienzan las culinarias aventuras de este cocinero zombi con sus platos un tanto asquerosillos y su ayudante de cocina, una rata, para dar de comer a su nueva clientela. Por supuesto también hay niños normales, Pablo, Natalia y Zombete. Las aventuras están servidas.... bon apetit.
Como podéis ver, no hay detectives avispados, ni amigos inseparables que resuelven robos en internados, ni princesas...y las ilustraciones os las podéis imaginar, ¿verdad? Pues esta colección de seis libros que comienza con macarrones y termina con helado hace que cada vez más niños que antes compraban refunfuñando, pidan el siguiente tomo a sus padres. A partir de ocho años, dicen, pero vale también para un poco antes... y para bastante después. Encontraremos mónstruos, momias, brujas, yetis y vampiros entre otras criaturas, asistiremos a unas recetas un tanto repugnantes, adentraremos a los niños en las curiosidad por el mundo de la cocina de una forma un tanto divertida porque, evidentemente, ni los tallarines cuya receta nos ponen están hechos de momia, ni tenemos que salir a alta mar por un kraken para poder comer unos buenos calamares a la romana. Pero el lenguaje, las formas y la acción que tiene siempre la dosis justa de aventuras, hacen que estos libros sean perfectos para cualquier grumete aficionado a visitar tiendas de mónstruos. Eso sí, de miedo nada, si acaso para morirse de risa.
A fin de cuentas, si como comentaba al principio, los pequeños lectores de hoy, son los lectores del futuro, de lo que se trata es de encontrar títulos que les hagan divertirse. Porque los niños valoran mucho la capacidad de divertirlos que tengan cualquiera de las actividades que les proponemos y, a ciertas edades, hay incluso que tener cuidado no vayan a confundirlas, horror de los horrores, con algo educativo que pueda parecerles deberes (palabra tabú). Esta es, por lo tanto, mi propuesta para el comienzo a una lectura divertida y amena para niños. Y vosotros, ¿conocéis libros que podamos incluir en la carta a Sus Majestades los Reyes Magos de oriente de los mas pequeños de la casa?
Gracias