El futurible alcalde de Madrid por Podemos, Sr. Errejón, nos comunica que en Venezuela se come tres veces diarias y que hay libertad; respecto a lo primero, no parece que la obesidad constituya un problema de salud nacional en el país sudamericano, en el que los supermercados lucen limpios e impolutos hasta de comida. En cuanto a lo segundo, las caravanas de emigrantes que buscan una vida mejor, no se dirigen a Cuba o Nicaragua, pareacen preferir el odio, el vil y trasnochado neoliberalismo reinante en Estados Unidos que, mal que les pese, sigue siendo la primera potencia mundial.
Lo que no alcanzo a entender es que Madrid -según la Sra. Carmena, correligionaria de D. Iñigo- se encuentre en situación de alarma social por los miles de niños y adultos que pasan hambre, mientras en Venezuela se come opíparamente tres veces diarias. No lo comprendo. Más aún, no veo filas de madrileños tratando de llegar a Venezuela -ni a Cuba, lo probó Willy Toledo y parece haber regresado con el rabo entre las piernas- para dar solución a sus problemas nutricionales; no, más bien sucede justamente lo contrario, por más que se empeñe el Sr. Errejón en la defensa a ultranza de la mano que le da de comer… a él.