Revista Diario

Menudo sofocón

Por Treintañeraconhijo

Menudo sofocón
Cada vez que hay que ir con mi hijo al pediatra o algún sitio que huela a médico en cuanto los ve se pone a llorar, se agarra a mi como una lapa y nos las vemos y las deseamos para que el médico pueda reconocerle. Aunque le digas que no le va a hacer daño, él te mira con una cara como diciendo: "a mi tú no me engañas".
Cuando tenía  dieciséis meses fuimos al ambulatorio donde trabaja su abuela paterna que es ATS. En cuanto la vio con su bata blanca se puso a llorar como un loco y no quería ni que se acercara a él. Y por más que le decíamos :" pero si es la abuela, que no te va a hacer nada" no había forma, él la veía con su bata blanca y entonces ya no era su abuela sino uno de esos malvados médicos que no le gustan nada.
La abuela toda orgullosa de su nieto como es normal quiso que le conocieran algunos de sus compañeros de trabajo, pero claro, estos eran o médicos o ATS y todos llevaban sus correspondientes batas blancas. Creo que mi hijo no ha pasado peor tarde en su vida, haciendo una comparación creo que es como si le hubiéramos metido en la casa del terror. El niño no se separo de mi ni un centímetro en la escasa media hora que estuvimos allí y cada vez que alguien con bata le decía algo se echaba a llorar. Me imagino que todos se quedaron con la impresión de que mi hijo era un ñoño y muy poco sociable. Pero vamos a ver si el niño tiene miedo a los médicos que querían que hiciera ¿qué les sonriera sin más?

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