Esta semana decidí empezar la sección "Guía de mercadillos en Tarragona". En ella os quiero mostrar de primera mano sitios interesantes, desde mi punto de vista.Dicho esto hoy nos desplazaremos a Tarragona capital, donde os voy a mostrar uno de mis favoritos:El mercadillo de la catedral. Se celebra todos los Domingos por la mañana en la parte alta y es de lo más agradable, un ambiente relajado (a diferencia de otros mercadillos aquí nadie grita, se charla y lo más importante, se aprende). Os voy a explicar un poco cómo ha ido la mañana:
El paseo ha empezado en la Calle Mayor. Como veis es un lugar con gran afluencia de gente, no solo el Domingo. Siempre que paseo por la zona encuentro grupos de guiris fotografiando todo. Hoy me he sentido como ellos, solo me falta el guía.Ya cuando vas llegando a la parte alta de dicha calle se ve la catedral y se asoman los primeros puestos del mercadillo.
Hay paradas en la plaza, en los porches que la rodean, en las calles colindantes... No llevan ningún orden, puedes encontrar una de libros junto a una de muñecas, así que es importante no pasar de largo ante ninguna. La gente mira sin prisas, pasea tranquilamente con la calma que acompaña un Domingo y hoy además disfrutaba del buen tiempo.
Hay puestos de todo y para todos. Cualquier persona puede encontrar algo en un lugar así: cuadros, copas, sellos, monedas, muñecas... Incluso hay alguna parada con muebles antiguos o aperos.
Entre las paradas me he sorprendido escuchando a mucha gente diciendo:
-Mira, eso lo tenemos nosotros!
Pues no he querido ser menos, me he acercado a este teléfono y he exclamado:
-Como el nuestro! (Entonces he mirado triunfante alrededor y le he cascado la foto para inmortalizar el momento.).
He fotografiado decenas de cosas que capturaban mi atención, como este tablón de matrículas antiguas, el despertador con esos hombrecillos y el martillo (aunque uno lo habrá perdido de darle con tanta fuerza, he sonreído imaginando la pobre víctima despertada de un mini-martillazo) o la colección de pipas.
Ante un puesto me he parado en seco. Algo ha llamado mi atención y no, no era el cowboy, si no lo de detrás: la mano y el muñequito de madera del cual asoman los pies. De siempre me habían llamado la atención, y me parecen unos objetos decorativos interesantes que pueden combinar en mi salita. Además la semana pasada acudí al taller de fotografía casera de "Fácil y Sencillo" y me pueden servir para practicar (Ya os contaré más sobre el curso en alguna futura entrada!).Consejo: Regatea! Debes tener en cuenta que en este tipo de mercadillos la gente regatea por naturaleza. Lo habitual es "sacar" el producto por un 30% menos de lo que piden. En el caso de estos 2 objetos (la mano y el mini-maniquí) el señor nos pedía 10€ y lo hemos comprado por 8€. Conclusión: Hay que mejorar el regateo.
Los vendedores son eso, vendedores y puedes encontrar de todo. Este muy majo él, al verme inspeccionando una cámara me ha dado una clase magistral. En este tipo de mercadillos suele primar el precio sobre la calidad de los objetos, así que hay que examinar bien lo que vas a comprar todo y que te gastes 3€ en ello.
Me ha cautivado este torero. Me arrepiento de no haberme hecho con él. Estoy en contra de las corridas de toros, pero este pobre se ha hecho con mi corazón por la lástima que ha provocado en mí. Manco y sin nariz, decadencia? Si nunca vuelvo a toparme con él se viene conmigo. Palabrita.Le he hecho la foto y le he dicho Adiós.
Nos gusta perdernos, así que hemos ido a pasear por las calles que rodean la catedral y hemos llegado a esta: Carrer Dels Pilons (Calle de los Pilones). Si te fijas bien no se rompieron la cabeza al buscar el nombre, pero sorprende cada uno de ellos. Investigaré.
Estos dos me han gustado especialmente.
En una de las calles me ha llamado la atención la música (Rumba!!!) que salía de una puerta y la gente que se amontonaba curiosa (En la foto al final de la calle). Algún valiente se animaba a marcarse un bailecito. Me ha dado vergüenza hacerles una foto, pero la escena era de lo más curiosa: una puerta abierta, un cartel que te invitaba a quedarte y tomar el vermut y unos rumberos animando la mañana. Toda una sorpresa.
El paseo acababa en la Plaça de la Font. Todo un punto de encuentro en la mañana del Domingo donde pararse a tomar el sol y tomar el aperitivo. Llevábamos un rato caminando por la Part Alta de Tarragona y nos merecíamos un descanso.
Con un vaso de Vermut bien fresquito hemos dado por acabada la mañana. Un buen plan para una mañana de Domingo, no?