Revista América Latina

Mercado del progreso, un poco de historia

Por Patriciagarcia

MERCADO DEL PROGRESO, UN POCO DE HISTORIA

Fachada del Mercado del Progreso
antes de la renovación

Un emblema del barrio de Caballito, otros edificio histórico que se resguarda para la memoria del barrio, como es el Mercado del Progreso, fue reinaugurado por el Gobierno porteño. En la avenida Rivadavia al 5000 se puede apreciar la conservación de este mercado, que fue inaugurado el 9 de noviembre de 1889. Se trata de un edificio de estilo funcional, con una cubierta metálica que imita los mercados de Paris, que construido por la Sociedad de Progreso de Caballito por iniciativa del entonces Presidente Miguel Juárez Celman y bendecido por el Padre de Flores, padre De Vita, según cuenta su historia.
Ese día, tan importante para los vecinos, se festejó la inauguración con el acompañamiento de  dos bandas musicales. Se ubicaba entonces en la esquina de  Rivadavia y Silva, actualmente Del Barco Centenera.
En ese momento el edificio tenía dos niveles y 53 puestos de venta al público. En la planta baja había locales comerciales externos, un pabellón central con cuatro naves y dos galerías laterales. En la planta alta había 1200 metros cuadrados de viviendas.
 Describe la historia que hilvanó el Gobierno porteño, que en el pabellón central de 6,50 metros de altura se vendían exclusivamente las carnes por ser el área de mejor ventilación por la falta de paredes, igual que en la actualidad y que una de las galerías laterales se proveyó de anchas tablas de mármol y fuentes con circulación de agua constante para la venta del pescado fresco. En las restantes galerías se vendían las hortalizas y frutas y, al frente, había amplios almacenes. Se proveyó agua por medio de dos fuentes ubicadas en el centro del pabellón, bajo el centro de la cúpula, que abastecía también, a los departamentos de la planta superior.
"Con la transformación del barrio el mercado se convirtió en un espacio de gran movimiento para los vecinos tanto de Caballito como de Almagro y Flores. Muy pronto se ocuparon cientos de puestos al aire libre cubiertos por toldos pertenecientes a trabajadores inmigrantes", señala la historia.
El mercado fue cerrado y reabierto varias veces. Se reformó en 1894 cuando el 13 de enero de ese año Santiago Cangallo quien era el propietario, comunicó que el  viernes ofrecería carne a las familias indigentes. Con el tiempo se fueron introduciendo reformas: en los años '20 se incorpora el Pasaje Coronda como calle interna de servicio, donde se instalan las cámaras frigoríficas. Entre 1929 y 1930 se reforma la fachada con ornamentación a la moda de la época aunque combinando con los elementos clasicistas del frente sobre Centenera. Se incorpora en el frente un reloj y el nombre del mercado en estilo Art decó.
Destaca la historia redactada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que el mercado pasa de la primigenia sociedad anónima a manos de un único dueño, luego en los años 50 y 60 hubo inquilinos. En 1957 sufre una crisis, que resulta en un acuerdo entre la familia propietaria y los puesteros arrendatarios, mediante el cual los últimos forman una sociedad anónima y compran el predio, para hacerse cargo de su explotación comercial hasta nuestros días. 
 El mercado fue declarado sitio de interés cultural en 2001 por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.  .

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