Revista Viajes
Esta manana el viaje ha empezado muy pronto, cuando no eran todavia las 7 ya estaba subido en una barca camino al mercado flotante mas conocido de los alrededores de Bangkok, aunos 100km de la capital. Decidi ir a estas horas para no encontrarme con las ordas de turistas, y bien cierto ha sido, he dado un paseo en barca de 7 a 8.15 con el amanecer, a solas, entre los puestos flotantes que se preparaban para la llegada de tursitas y compradores, y he visto como iban llegando, como a medida que se hacia mas tarde se llenaba mas de gente que queria comprar y gente que como yo solo queriaq visitar, pero ya era tarde, a las 8.30 estaba que casi no se podia navegar entre sus estrechos canales, y a esas horas he tomado mi bus de vuelta a la capital. A mi vuelta, he buscado uno de esos hoteles remanso de paz que hay por el centro de esta caotica ciudad, y he dado con el lugar, Atalanta, al que dedicare una entrada especial. Pero ahora toca cenar por una de esas calles de pelicula, donde la sordidez del lugar es el propio escenario, mucho neon, mucha gente, algo de decadencia social y mucho ambiente, quien diga que ha estado en Bangkok y no ha estado aqui probablemente miente, porque en el mismo centro es imposible zafarse de estas cosas, asi que las vere y a ser posible fotografiare si la situacion lo permite.