Hoy en día, muchas empresas (las que han logrado sobrevivir) compiten únicamente por precios. Es conveniente recordar que esta es sólo una de las estrategias posibles, y que sólo es adecuada para cierto tipo de compañías, que logran ser suficientemente competitivas en ese apartado. La competencia aprieta, los márgenes se reducen y la bajada de los precios parece obligada. ¿Es realmente así?
En esta situación, tenemos tres posibilidades:
A la hora de resegmentar el mercado, contamos de nuevo con diversas opciones:
Ofrecer nuevos productos/servicios a clientes actuales. Es posible que podamos cubrir mejor las necesidades de algunos de nuestros clientes actuales, a través de otros productos y/o servicios. Es decir, aunque ya nos compran, quizás podamos identificar formas de que estén más satisfechos o de ofrecerle un servicio más personalizado o adaptado a sus deseos.
Ofrecer menos servicios a un menor precio. Quizás haya un número suficiente de clientes que desea un precio menor, pero está dispuesto a asumir que ello implica menos prestaciones. Esto ha sido aprovechado por las compañías aéreas low cost, por ejemplo, o en telefonía, por los Operadores Móviles Virtuales (OMV), que han creado distintas ofertas personalizadas para que cada cliente sólo pague por lo que necesita, y no por otras prestaciones añadidas. Para ello, debemos separar el «core» de nuestra oferta de todos aquellos añadidos que para algunos clientes resultan superfluos, aumentar nuestra eficiencia al máximo, o incluso traspasar parte de los servicios al cliente (por ejemplo, los autoservicios).
Los no clientes
Una manera muy interesante de aumentar nuestro mercado consiste en convertir en clientes a determinados consumidores que no consumen este tipo de producto, es decir, que ni nos compran a nosotros ni lo hacen a la competencia. Se tratar de determinar cuáles son las causas que esto sucede (¿precio? ¿Falta de conocimiento? ¿Características del producto?), y cambiarlas de manera adecuada para acceder a estos clientes potenciales. Un ejemplo de esto sería el acercamiento que hace el grupo Salut Salon a la música clásica, como se puede ver en este vídeo.
¿Y TÚ, QUÉ OPINAS?
Pablo Rodríguez es economista.
¿TE HA GUSTADO ESTE ARTÍCULO?
Suscríbete, y recibirás a partir de ahora los mejores contenidos sobre economía, gestión empresarial y finanzas personales en tu correo electrónico.
Introduce tu mail:

Entradas relacionadas:
- Océanos azules, ¿cómo crear nuevos mercados?
- Tipos de interés
- El Plan 2000E
- Las ventas cruzadas
- Océano azul en Ourense