Mercado de Bayt al-Faqih (Yemen)
Es el más importante de todo el país y se celebra cada viernes desde el año 1700 cuando esta región tenía una gran importancia en el comercio del café. La variedad de café arábigo procede de esta zona de la Península Arábiga que le dio el nombre y muy cerca se encuentra la ciudad de Moka que también nos evoca al café.
No está demasiado claro, pero parece que el origen del café se encuentra en Etiopía y desde allí se propagó a Yemen donde se empezaron a tostar y moler los granos para consumirlo de una forma parecida a la que conocemos. Su cultivo se extendió a toda la Península Arábigadonde se popularizó, gracias en parte a la prohibición del consumo de alcohol por la ley islámica, aunque Yemen siguió siendo el centro de cultivo más importante. Los mercaderes venecianos lo introdujeron en Europa alrededor de 1600.
Curiosamente, los yemenitas son unos grandes consumidores de té y el café lo preparan muy de vez en cuando pero en forma de infusión.Allí se reunían comerciantes de Persia, Egipto, Siria, Constantinopla, Túnez, Marruecos, India o Europa en busca del tan apreciado café arábigo, tras recorrer miles de kilómetros en sus caravanas. Actualmente el mercado no tiene nada que ver con lo que fue y se comercia con animales y productos del campo.
En el área donde se encuentran los animales es donde se concentra mayor actividad. Se compran y venden terneros, asnos, cabras, corderos pero especialmente muchos camellos. Me gusta imaginar cómo sería en el siglo XVIII. Si pudiera viajar en la máquina del tiempo , sin duda escogería el mercado de Bayt al-Faqih.
Mercado de Kaolack (Senegal)
Kaolack es una ciudad de unos 180.000 habitantes, centro comercial y administrativo de la región. Su población es de la etnia serer y mayoritariamente de religión musulmana. Esta zona es importante por la producción de cacahuete y anacardo y también por las salinas de Diorane.La ciudad en sí poco tiene que ver, pero su mercado es el más grande de Senegal. Como en la mayoría de mercados africanos, la primera impresión es de un caos absoluto y mucha suciedad.Aunque hay varios puestos en el exterior, la zona cubierta es quizás la más interesante. El edificio es de estilo sudanés, con una torre del reloj medio destartalada pero muy característica de este estilo arquitectónico.
Se venden telas, frutas, verduras, leche… pero lo que nos llamó más la atención fueron los fetiches. Se encuentran todos los ingredientes necesarios para preparar la receta del hechicero o el curandero animista, desde veneno de serpiente, pieles de animales, pelos, vísceras, huesos, dientes y todo tipo de sustancias a las que se les atribuyen propiedades curativas o de protección, ya que se considera que el hombre puede protegerse de las fuerzas de la naturaleza a través de los fetiches. Aunque la religión mayoritaria de Senegal es la musulmana, el fetichismo está presente en muchas regiones del país y se practican de forma conjunta.
Kaolack es un buen lugar para hacer un alto en el camino destino a Gambia.No muy lejos se encuentra Touba, la ciudad sagrada del Muridismo y lugar donde se encuentra enterrado su fundador Shaikh Aamadu Bàmba Mbàkke. La gran mezquita se empezó a construir en 1963 y merece la pena visitarla. Algún día voy a dedicarle una entrada en el blog.
El mercado de Takayama se conoce con el nombre de Asa-ichi o mercado matutino.Empieza a las 6 de la mañana (a las 7 en invierno) hasta las 12 del mediodía.En realidad hay dos, el de Miya-Gawa es el más grande y se encuentra a orillas del río, entre los puentes Kaki-bashi y Yayoi-bashi, mientras que el Jinja-mae está cerca de Takayama Jinja, un edificio histórico considerado monumento nacional.Estos mercados empezaron hace unos 200 años durante el período Edo, básicamente como mercados de arroz. Posteriormente, a mediados del período Meiji, las mujeres de los agricultores de la zona empezaron a traer frutas y verduras.
Lo que más me llamó la atención fue su simplicidad. En un país donde la fiebre comercial se manifiesta de forma exagerada en las grandes ciudades como Tokio, Osaka, Nagoya o el mismo Kyoto, donde todo se compra y todo se vende, Takayama es todo lo contrario. La mayoría de puestos son diminutos y regentados por personas ya mayores, especialmente mujeres que venden los productos que les sobran de su propia cosecha, algunos pepinos, tomates, calabacines, flores … nada que ver con la mayoría de mercados asiáticos donde abunda el color y la variedad.Hay que tener en cuenta que Takayama se encuentra en la montaña, en los Alpes japoneses, y agrícolamente es una zona muy pobre.
Antiguamente, la población japonesa debía pagar sus impuestos al shogun en quintales de arroz y debido a sus escasas cosechas, Takayama lo cubría con el trabajo de los carpinteros. Al ser una zona boscosa, abunda la madera y de aquí salieron grandes ebanistas y artesanos. Es una ciudad con una rica historia y sus pintorescas calles con todos los edificios construidos en madera, son un reflejo de la abundancia de este material.
Takayama es también conocida por sus destilerías de sake o licor de arroz. Algunos de estos establecimientos se pueden visitar y degustar sus destilados. Se distinguen porqué en la fachada cuelga una gran bola de cedro.
Es una buena ocasión para alojarse en un ryokan, una posada tradicional japonesa. Los auténticos son caros pero merece mucho la pena aunque sea sólo por una noche.