Los mercados municipales en muchas ciudades españolas son el resultado de una tradición histórica de siglos que ha evolucionado desde las plazas extramuros donde se celebraban ferias e intercambios de todo tipo hasta la consolidación de espacios comerciales gestionados por el municipio en sus distintos distritos. Esta medida impulsada desde mediados desde finales del SXVIII se desarrolla a lo largo del SXIX convirtiendo dichos espacios en equipamientos municipales. Cuestiones higiénicas, de regulación y urbanísticas fueron extendiendo por las principales ciudades españolas un buen número de estructuras que en su momento representaban los últimos avances tecnológicos en construcción.
El desarrollo económico y la prosperidad que significaron para dichas ciudades fue el comienzo de un importante modelo comercial y de abastecimiento alimentario que poco a poco se ha visto sustituido por modelos alternativos y por la propia transformación de la ciudad y de los estilos de vida de sus habitantes.
En las últimas décadas los mercados municipales han ido entrando en ciclos de decadencia que en ocasiones han provocado su desaparición. Actualmente un buen número de mercados está experimentando diferentes formulas de regeneración que van desde la formula mixta de instalar supermercados que complementen la oferta del mercado hasta la transformación en espacios comerciales orientados al turismo, denominados mercados-gourmet; tal es el caso del Mercado de San Miguel en Madrid o de El Carmen en Valencia, entre otros. Esta fórmula está asociada a procesos de gentrificación en barrios históricos y en ellos a menudo el mercado pierde su dimensión de barrio y se transforma en un atractor de turistas y visitantes ofreciendo especialidades antes que productos de consumo cotidiano.
En otros lugares se están desarrollando formulas alternativas que van desde la especialización en productos orgánicos (Mercado de El Carmen en Madrid) hasta los procesos comunitarios de revitalización como es el caso del Mercado de Antón Martín en Madrid.
Estas dinámicas no son únicas en Europa sino que se reproducen en otros países europeos. El proyecto URBACT Markets, aborda esta cuestión desde una perspectiva transversal y transnacional. El proyecto propone desarrollar instrumentos que permitan no solo la supervivencia de los mercados municipales en diversos países europeos, sino que se pretende hacerlo desde una perspectiva de sostenibilidad e innovación. En el proyecto, en el que participan diez países, se persigue la reactivación de los mercados municipales mediante una estrategia transversal que incluye el protagonismo de los mercados en la rehabilitación de barrios, su capacidad para generar empleo y desarrollo económico y su doble dimensión sostenible que busca articularse como actor clave en la reducción de emisiones de CO2, así como desarrollar alianzas con productores locales que ofrezcan calidad y desarrollo de la economía y el empleo local.
El concepto de mercado municipal se imbrica en el concepto de ciudad compacta que frente a la ciudad difusa garantiza mejores economías de escala urbanas en términos de sostenibilidad. A mayor densidad mayor variedad comercial, calidad y oferta, planteaba Jane Jakobs en su obra clásica “Death and Life of American Cities”. Cuanta más actividad, mayor atracción de gente que circula por la calle y por lo tanto mayor seguridad.
Así mismo, el valor social y comunitario que tienen los mercados como puntos de encuentro e interacción ha sido reconocido históricamente. Los mercados contribuyen a la vitalidad de un barrio en diversas formas. El comercio de proximidad que se ubica en los mercados y en sus alrededores dota de centralidad a los barrios, genera interacción social en el nivel vecinal y aporta actividad en el espacio público.
Entre algunos de los participantes del proyecto Markets existe una fuerte cultura de mercados municipales fortalecida por los respectivos Ayuntamientos, siendo el caso de Barcelona el mas emblemático. En algunos casos la tradición de mercado ha pervivido y se buscan nuevas formas que garanticen su sostenibilidad y pervivencia en el tiempo, tales son los casos de Torino, Toulouse, Londres y Dublín. En el caso de la región de Attica en Grecia, ya existe una enorme tradición en sus 370 mercados descubiertos de alimentos, que busca ser optimizada con el proyecto. Las cuatro ciudades participantes restantes Wroklaw (Pl), Pécs (H), Plovdiv (Bu) y Suceava (Ro) comparten retos entre sí. Por razones históricas, sus centros urbanos han comenzando a ser regenerados sólo recientemente y se cobra conciencia de la importancia de que estos entornos recuperen su protagonismo, frente a la expansión previa de formas alternativas de comercio como supermercados, hiper o grandes superficies. La regulación, la revitalización y su consideración como elemento regenerador son los retos a que se enfrentan estas localidades que cuentan con la experiencia de gestión de los partners mas experimentados como Barcelona o Londres.
La supervivencia y salud de los mercados municipales es un elemento muy relevante a la hora de hablar de una ciudad sostenible y habitable. Diferentes fórmulas se están poniendo en marcha en diferentes países europeos. En la mayoría, las instituciones públicas juegan un papel muy importante como gestoras pero también como impulsoras de los nuevos modelos. La sociedad civil, desde el mercado o desde el desarrollo comunitario, también propone formulas orientadas a distintos modelos de consumo, consumidores y en definitiva de ciudad, como veremos en el próximo post.