Sin superar el aislamiento internacional provocado por la destitución del presidente Fernando Lugo, Paraguay osciló esta semana en la indecisión sobre instancias a las cuales apelar y la preocupación de que hacer con el Mercosur.
La polémica entre los partidarios de salir definitivamente del bloque integracionista, enojados por la suspensión de que fue objeto el país al interrumpir el proceso democrático y de los opuestos a ello fue, en definitiva, resuelta por Federico Franco, quien ocupa la presidencia de la República.
Franco pareció asesorarse de que una renuncia al Mercado Común del Sur (Mercosur) traería más perjuicios que los beneficios políticos buscados ante la posición de Argentina, Brasil, Uruguay y ahora Venezuela, los restantes miembros plenos de esa organización.
Nada contento por no contar siquiera con un respaldo contundente que esperaba de la OEA y por ver multiplicarse las entidades internacionales que desconocen su gobierno, determinó permanecer en Mercosur y pedir a los empresarios hacer gestiones a favor de reducir el tiempo de castigo.
Igualmente, el Gobierno se despidió de la idea surgida sobre apelar al Tribunal Internacional de La Haya para protestar por la sanción recibida y por el ingreso de Venezuela al Mercosur.
Llevaría mucho tiempo tener una decisión de La Haya y sería muy costoso, pues solo para estudiar la posibilidad de triunfo a ese nivel, Paraguay tendría que abonar 50 mil dólares a un especialista, puntualizó el propio Franco.
Decidió entonces lanzar una campaña contra Brasil y Argentina anunciando la preparación de una propuesta al Parlamento para reducir la venta de la electricidad que adquieren esos países producida por las usinas de Itaipú y Yaciretá, como un golpe a quienes sancionaron a Paraguay.
No cederemos más energía a Brasil, repitió varias veces en la semana, pero Itamaraty recordó que la electricidad no consumida por Paraguay de la cuota asignada, solamente puede ser vendida a Brasil, de acuerdo con tratados vigentes.
Este viernes, el canciller José Fernández anunció que se estudia la posibilidad de que Paraguay pida el ingreso en la Alianza del Pacífico, organización comercial integrada por Colombia, Perú, Chile y México.
Más allá de la determinación final que adopte sobre este tema, el gobierno paraguayo continúa mostrando su nivel de indecisión del camino a seguir que, para sus socios en Mercosur y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), solo debe ser la restauración de la democracia en la nación guaraní. [PL]