Mercury Rev. All is Dream. Edición Rockarte

Y Rockarte se mete a animar la portada de un disco histórico del rock: el sexto álbum de estudio de una banda yanky formada en 1989 en Buffalo, Nueva York, y liderada por su cantante y su violero, siendo los únicos miembros constantes a lo largo de su historia. Psicodelia, rock alternativo, indie rock, música de raíces estadounidenses y dream pop aunados para dar forma a un signo de pregunta que tiene el peso de una declaración existencial, con múltiples imágenes (como la que muestra la tapa del disco y que Rockarte se encarga de darle más vida de la que ya de por sí tiene) que no tienen -ni buscan- respuestas, sino que se centra en la poética de las múltiples dudas, planteando más preguntas de las que da respuestas y forjando un enigmático clim emocional cuya sensibilidad inherente se equilibra con fuertes melodías. Pero mejor que lo explique Rockarte que una animación vale más que un millón de palabras.

Empezamos con un comentario de terceros del disco en cuestión:

“All is dream” (“Todo es un sueño”) es una maravillosa aventura hacia las mareas de la luna, un agujero en el tiempo, arañas de inteligencia y moscas de la sensibilidad .
Es uno de los primeros y sensacionales albumes del iniciado siglo XXI. Una obra apasionante, tensa, bellísima, áspera, pero sensible de la personalidad de un pequeño genio como es el cantante Jonathan Donahue, acompañado de su inseprable guitarrista Grasshopper.
Mercury Rev venían tres años antes de haber sorprendido con un excepcional album como era “Deserter´s songs”. Tenían que superarlo.
Cuando escuché por primera vez ‘The Dark is rising’ me llevó a una especie de felicidad interior. La melodía era fantástica, como un himno a la oscuridad y su propia belleza oscura. Un arreglo orquestal olímpico, frenético, maravilloso. Un himno a la inmortalidad, con la voz de Jonathan Donahue sublime.
Todos los arreglos de cuerda están hechos por el gran Tony Visconti y, posiblemente,sean los más brillantes que hemos oído nunca del productor de David Bowie.
Hay algo nostálgico, bello, espacial, misterioso, en la melodía y el mellotron de David Friendman en esas ‘Tides of The Moon’. Es como realmente un sueño.
‘Chains’ es simplemente preciosa. Una guitarra acústica, un piano y la batería y parece toda una maravillosa orquesta. Es simplemente delicioso escuchar la limpieza de la melodía.
Los ojos de Lincoln se clavan en el piano eléctrico. Es simplemente una pequeña sinfonía. Como una sonata en terciopelo, delicada . Quizá una canción de cuna y esa voz mágica de Jonathan.
‘Nite and Fog’ es quizá la canción más psicodélica. Por eso la utilizaron como primer single. Jonathan no canta en falsete, se deja de otras influencias y hace un buen tema pop.
Otra melodía ensoñadora, destinada hacia el cielo, como si lo miraras es la maravillosa ‘Little Rhymes’. Maravillosas pequeñas rimas. Con el tiempo se me ha quedado como una de mis favoritas. Son preciosos los sonidos de mellotron de Friedman. Algo mágico, con una excelente base de percusión.
Los “pizzicattos” y el arreglo de Tony Visconti a lo barroco, convierten a ‘Drop in time’ en algo único, un estilo barroco para meterte en un mundo del pop renancentista, sin batería, con un simple contrabajo. Y la voz de Jonathan y su magia. Obra maestra. es el mejor tema del album. Un clásico. Lo dirá el tiempo.
El album acaba en un misterioso, complicado, esforzado ‘Hercules’, donde Mercury Rev cierran un álbum imposible de repetir.
“All is dream” es todo un sueño en el tiempo, enclaustrado en una época sin estilos, sin definiciones, sin modas pasajeras, colgado en el tiempo. Inmortal.