Esta historia comienza en 1667, con la fundación del Observatorio de París, por parte del Rey Louis XIV, con la pretensión de profundizar en el conocimiento del Universo. En 1675, Carlos II de Inglaterra funda el Real Observatorio de Greenwich, más centrado en perfeccionar las técnicas de navegación. Poco tiempo después surgieron sus meridianos de referencia.
Con los años, fueron cada vez más numerosos los países que se abrazaron a la vocación de navegantes, por lo que surgieron nuevos meridianos. Para ordenarlos todos, en 1884 se celebró una conferencia internacional, en Washington, donde se adoptaría el de Greenwich como Meridiano 0. Los franceses se abstuvieron de votar: habían negociado el tema previamente y renunciado al protagonismo de su meridiano a cambio del compromiso de adopción, por parte de los ingleses, del sistema internacional de medidas, un compromiso que, como todos sabemos, finalmente no cumplieron.
Por cuanto les cuento y hasta ese momento, el de París, que adoptaría el nombre del astrónomo que lo describió (Aragó), rivalizó con el de Greenwich como principal meridiano del mundo.
Podemos ver estos medallones (remito a las fotografías) en el suelo de París, indicándonos el paso del meridiano ARAGÓ... Pero, y os preguntaréis... ¿Qué narices fue eso del meridiano Aragó?.
La revolución francesa trajo consigo un sistema de pesos y medidas, de entre los que destacaría al "metro patrón", del que sabemos es la diezmillonésima parte del cuadrante del meridiano, que haría necesario el profundizar en estos conocimientos y al que se refirió Napoleón con el lema: "Para todos los pueblos y para todos los tiempos".
Con estos logros Aragó se convertiría en un personaje ilustre, llegando a ser Jefe del Estado francés entre mayo y junio de 1848, incluso teniendo su propio monumento, en la Plaza de Ile de Sein, frente al observatorio, aunque su estatua fue fundida por los nazis, para construir armas, con la ocupación de París, durante la segunda guerra mundial.
En un intento de restaurar el honor de este físico-astrónomo, se colocaron 135 medallones de bronce a lo largo de la línea meridiana que describió, pasando por la antigua peana de la estatua que, por cierto, sigue luciendo vacía... La obra, inaugurada en 1994, tiene una longitud de 9,2 kilómetros, pasando por lugares absolutamente emblemáticos de la ciudad.
Además de París, el Meridiano Aragó cruzaba todo el planeta, de norte a sur, surcando el eje largo del observatorio, lugar en el que el astrónomo ideó este elemento.
Desafortunadamente hoy, algunos de estos medallones han desaparecido y el tema casi cayó en el olvido. A quienes quieran dedicar un tiempo en su búsqueda, por París, les animo a consultar la web donde encontrarán amplia información, aunque aviso: in situ, quizá por su color y/o por su tamaño (12 centímetros de diámetro), no resultará demasiado fácil encontrarlos.