Una de las novedades literarias más impactantes de esta temporada es un libro de relatos traducido por un zamorano, circunstancia que sin duda, creo y espero, interesará a los lectores de este periódico. Luis Ingelmo vive en Zamora y, aunque nació en Palencia, yo al menos lo considero de mi tierra. Digamos que es zamorano de adopción. Luis ha recorrido mundo, ha vivido en otras ciudades, como Ávila o Chicago, donde fue profesor. A veces me llegan boletines literarios y entonces me encuentro con la noticia: que tal o cual libro lo ha traducido Luis. Así, por ejemplo, los volúmenes “Guardia nativa”, un poemario escrito por Natasha Trethewey, o “Lanzadera en una cripta”, de Wole Soyinka, Premio Nobel de Literatura. También ha traducido a Claudio Rodríguez al inglés, en el volumen “Collected Poems”, junto a Michael Smith. Es conveniente echar un vistazo a su blog: allí recomienda libros que ha leído en inglés, de autores que aquí antes no conocíamos, como William Wantling, Harry Crews o Edward Bunker antes de que Sajalín Editores empezaran a editar sus formidables novelas. Ingelmo lee en su idioma original a Jack Kerouac, Sherman Alexie, John Fante, Thom Jones… es decir, a unos cuantos de los autores norteamericanos que venero y respeto.
Aún no he dicho el título de ese volumen de relatos de reciente aparición en las librerías: “Amor malo y feroz”, de un autor que permanecía inexplicablemente inédito en castellano, Larry Brown. Lo ha publicado Pepo Paz en su editorial, Bartleby, y en su promoción ha aplicado ciertas novedades: esta vez, las frases laudatorias de los críticos, periodistas y escritores (entre ellos, Chuck Palahniuk, apasionado admirador de la prosa de Brown), quedan relegadas a las dos primeras hojas del libro; la contracubierta o contraportada, en cambio, recopila los elogios de algunos libreros a los que Pepo envió las galeradas para que lo valorasen. A mí me gusta esa iniciativa porque me parecen más importantes los libreros (pues son quienes actúan de intermediarios) que los críticos. “Amor malo y feroz” recoge diez potentes relatos sobre perdedores. Ya lo dije en mi blog y lo repito: se trata de un gran libro sobre la soledad, la literatura, el amor, la ruptura, el desamor y la bebida. La huella de Bukowski se percibe en algunas historias, sólo que Brown apunta en otra dirección. Los inicios de muchos de sus relatos nos traen a la memoria los cuentos de Raymond Carver o del propio Bukowski, o incluso de Sam Shepard; obsérvese, por ejemplo, el principio del cuento “Algo salvaje”: “Ella entró en el bar en el que yo estaba una noche y se sentó en un taburete. Me fijé en sus vaqueros ajustados, en su pelo castaño largo, en su blusa roja. Enseguida te fijas en una mujer así. Para eso estás allí sentado”.
Considero a Luis Ingelmo uno de los grandes traductores de este país. Por desgracia, en España el traductor suele ser el último mono, lo cual es lamentable porque sin los traductores no leeríamos tanto. La traducción es una labor que siempre queda en la sombra, y es una pena. Antes de escribir estas líneas, le he mandado un correo a Luis para pedirle una fotografía. Entre otras cosas, me dice esto: “Para mí es un verdadero orgullo haber traído a Brown a este país, y he cumplido una especie de propósito o promesa que me había impuesto a mí mismo desde hacía años”. En Francia, me cuenta, a Larry Brown (quien, por cierto, falleció hace unos seis años) lo publican en Gallimard. Recopilemos: uno de los grandes autores de la narrativa contemporánea, un traductor de mi tierra, una editorial que tiende a sorprender. ¿A qué esperan, pues?
El Adelanto de Zamora / El Norte de Castilla