Merlí es una serie catalana que a lo largo de sus tres temporadas nos narra la historia de un profesor de filosofía que comienza a dar clases en un instituto secundario. Sus innovadores métodos de enseñanza comienzan a revolucionar tanto a los demás profesores, habituados a lo tradicional, como a sus estudiantes. ¿La premisa suena familiar? Tal vez, pero no nos encontramos ante la figura de un profesor como Keating en La sociedad de los poetas muertos o Tuckeray en Rebelión en las aulas. Por el contrario, Merlí es un ser humano como cualquier otro y, como tal, tiene efectos. Irreverente, descuidado, a veces de mal humor, casi pareciera representar más el arquetipo de antihéroe que del profesor “ideal” que podemos ver en estas películas. Y precisamente por ese motivo el espectador acaba sintiendo empatía con él (aunque quizás no siempre), porque es real.
En un principio el foco está en la relación del profesor con su hijo, Bruno, que casualmente también es uno de sus estudiantes. La relación padre/hijo es lejos de ser perfecta. Merlí está aprendiendo a ser padre y Bruno se encuentra en pleno descubrimiento de su sexualidad, como cualquier adolescente. Ambos chocan constantemente, y a esta dinámica se añade la relación con su abuela, madre de Merlí, que sirve de intermediadora en estos casos.
Los demás estudiantes también son protagonistas en esta historia. Pol, Tània, Marc, Gerard y Joan son solo algunos de ellos. Cada uno en particular lidia con diferentes problemas: dificultades económicas, relaciones conflictivas con los padres, decepciones amorosas, cuestionamientos de la propia sexualidad, el consumo de drogas y el embarazo adolescente, entre otros. Tanto Merlí como sus estudiantes, a los que llama “peripatéticos” (como los que pertenecían a la escuela fundada por Aristóteles), van creciendo y madurando a lo largo de la serie.
Cada episodio se titula como un reconocido filósofo, que el profesor explica en clase de manera comprensible para ellos, vinculándolo con sus propias vivencias, como cuando le explica la alegoría de la caverna de Platón a un estudiantes con agorafobia, incapaz de salir de su habitación. También les recuerda constantemente que deben cuestionar todo, lo que provoca algún revuelo en el ámbito escolar, pero que también acaban aplicando a sus propias vidas. Critica la educación, la política, les hace reflexionar sobre la realidad.
En síntesis, en Merlí van a encontrar drama, enredos amorosos, engaños, cuestionamientos. El final da un giro inesperado que puede gustar o no, pero no te va a dejar indiferente.