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Lo mejor siempre es ver una película o serie en versión original y en ésta queda claro, también porque el doblaje rechina un poco al principio. Superado ese inconveniente y una vez presentados los personajes sus problemas e inquietudes te van ganando poco a poco hasta conquistarte irremediablemente gracias a unos guiones muy logrados. No sólo es magnético Merlí, ese profesor de filosofía a contracorriente que pretende que sus alumnos se cuestionen todo, no den nada por cierto y piensen por sí mismos sin importarle el método o el plan de estudios de turno, también lo son ellos, los alumnos que terminan siendo tus compañeros de clase (tengas su edad o no, que todos hemos pasado por el colegio o el instituto) y los profesores, que no dejan de ser personas. Una serie muy recomendable para cualquier público que haya superado la educación secundaria sobretodo porque refleja relaciones y problemas pegados a la realidad y porque invita a reflexionar. Y, desde luego, es impagable que introduzca la filosofía de una manera tan amena y entretenida.