"En el mundo realmente invertido lo verdadero es un momento de lo falso".
-Guy Debord
Ante nosotros, están una serie de movimientos que se van uniendo, creando así una obra teatral magistral, que nos tragamos por el mero hecho de que se nos presenta como real. Lo que creemos correcto, quizás en la verdadera moral no lo sea tanto, pero, aun así, ¿quién nos dice qué es lo correcto, lo verdadero, si no son los sentidos, lo que vemos?
Quizás no sean más que meras especulaciones, forjadas por la mente de una persona tan manipulable como el resto. Pero, díganme. ¿Es acaso esta puesta en escena, que día a día repetimos como si fuera nuestra película favorita, lo que realmente debemos seguir?
Desconozco totalmente qué puede ser lo real. Dudo mucho que debamos morir para alcanzar un mundo real. No. En este debe haber algo más, algo que, como mucho, complemente lo que tras nuestra caída se tornará en vivencias post mortem.
Y por ese vacío de conocimiento, quisiera saber su respuesta. Es claro que lo que está sucediendo no es la realidad clara. No hablo de una realidad metafórica, ni de vivencias que vayan relacionadas con la separación de nuestros cuerpos, o la pérdida total de los sentidos. Hablo de las mentes pensantes, que gracias a la evolución del hombre, han aprovechado la importancia extra que le dan a la religión y a la economía, y han forjado una realidad llena de tragedias, dudas y remordimientos. ¿Es acaso así como somos? ¿Es realmente la esencia que queremos del hombre?
En cualquier caso, proseguiremos con la obra. Un par de carraspeos, un guiño al director, y... ¡acción!