La Moni y el espíritu navideño no se llevan bien. Y estaba yo con la mosca detrás de la oreja, con “ganas” de escribir sobre la Navidad, sobre campañas publicitarias muy emotivas, sobre apps con mucho humor navideño, sobre villancicos, o sobre programas típicos navideños o anuncios de antaño que todo el mundo recuerda en estas fechas. (Cómo me encantaba cuando era pequeña ver “Martes y trece” en Navidad). Y mira que me he puesto a buscar información y todo. Y en el momento en que he posado mis dedos sobre el teclado, he sido incapaz. Y creo que me viene por mi rencor hacia la Navidad.
Pequeño comercio
Decido, por tanto, elegir otro tema, otro tema que me llena de verdad, del que se ha escrito y del que la sociedad no tiene conciencia aún. Decido, como tú puedes decidir estas navidades, o ya como propósito de año nuevo, hablar del pequeño comercio, de los emprendedores, de las pequeñas empresas, de la lucha con alegría, del posicionamiento, del trato al cliente, del conocimiento a pie de calle de los consumidores, y de lo bien que sienta comprar en el pequeño comercio.
Hago mi pequeño llamamiento personal a todos y todas, para que apostemos por el consumo responsable, el consumo en la tienda de tu vecino, de tu cuñado, o de tu hermana que hace unas bufandas preciosas con ganchillo, de la amiga de un amigo que hace unas mermeladas de pimientos del piquillo que se te va la olla, de la ex compañera de trabajo que lo dejó todo y se ha montado un negocio online de complementos para bebés que te vienen de lujo para tu futuro sobrino. Por que en manos de esa gente, aunque no lo sepan, está la economía del país, y en tu mano está que la lista del paro no aumente más, porque si consumes sus productos y servicios, estás logrando que esa gente tenga trabajo, y que pague sus impuestos en el mismo país donde tu vives. Así conseguimos que nuestro dinero se quede en casa, y que la moda, la tendencia, el handmade, el emprendimiento, la distribución, la investigación para crear esos productos y servicios, la decoración, la amabilidad, el buen marketing de vecindad, se quede aquí, en tu barrio, con tu gente.
Pequeño comercio
Y de esta manera, dejaremos de ver en la vuelta de la esquina del portal, la frutería de la Paca que cierra, la papelería de la vecina, que qué pena, que llevaba ahí toda la vida, y de ver el barrio como un cementerio de establecimientos. Y ya no nos dará tanta pena pasear, porque cada día descubriremos una tienda nueva, única, con sus productos artesanos, hecho a mano, con mucho amor. Y el barrio sonreirá.
La Tienda del Barrio
Y aunque me ha quedado muy ñoño, espero que os haga reflexionar. Que lo fácil es ir al centro comercial y arramplar con bufandas, jerseys, artilujios varios, el turrón, el vino, el postre y en una tarde todo hecho. Pero esos productos ni serán únicos, ni te los habrán envuelto con cariño, ni estarán fabricados o elaborados aquí. Es difícil, a mi me pasa. Pero gastemos un par de euros más, y seremos recompensados con más trabajo, más infrasestructuras, un barrio más bonito, más cuidado y un mejor futuro.
¡¡ MERRY CHRISTMAS MARKETEROS !!
La tienda de la esquina, C’est la vie…