Revista Cultura y Ocio

Mes de la no novela (III): Descubriendo la esencia de la vida en Todo está en nada, de Amelia Cobos

Publicado el 16 noviembre 2014 por Danieldrozadal


Mes de la no novela (III): Descubriendo la esencia de la vida en Todo está en nada, de Amelia Cobos.

    Visitar blogs literarios te permite no solo encontrar otros puntos de vista, otras temáticas a las que no les sueles dedicar especial atención- por falta de tiempo, por desconocimiento o por otros intereses literarios-, sino también descubrir textos literarios realmente interesantes de los que no tienes idea de su existencia y, por tanto, decides anotarlo en una lista (interminable a día de hoy) de lecturas (novelas, novelas gráficas, textos poéticos, cuentos, etc.) a tener en cuenta para disfrutar del placer de la lectura en un futuro no muy lejano.

   Gracias a Libros que voy leyendo descubrí hace algunas semanas un texto literario que es el que en el día de hoy quiero compartir y que  tras su adquisición por canales poco convencionales (al menos para mí dado que suelo adquirir los libros que leo ya por la vía del préstamo bibliotecario, la mayoría de ocasiones, ya por la compra en librerías- sean de segunda mano o no- he podido leer.

   Leer un texto literario, en el caso que me ocupa en esta entrada se trata de un cuento, de poco más de 70 páginas en una semana puede inducir a un error de apreciación, pues hay quien puede pensar que su lectura ha sido algo poco productivo o motivador. Nada más lejos de la realidad. Que haya tardado cerca de una semana en leer esas poco más de 70 páginas quiere decir que Todo está en nada de Amelia Cobos (una joven autora barcelonesa) es un cuento que te invita a reflexionar, a captar el más mínimo detalle para profundizar en lo que la autora nos desea transmitir, a saborear una joya literaria como pocas.

   

Mes de la no novela (III): Descubriendo la esencia de la vida en Todo está en nada, de Amelia Cobos.

Autora: Amelia Cobos
Título: Todo está en nada
Año de edición: 2013
76 páginas
ISBN: 978-84-616-6992-9


   " Ser un niño de once años, un caluroso verano, y quedarse sin vacaciones resultaba un fastidio...Carlos lo sentía así desde que su madre le había explicado que, este año, no podían permitirse veranear. Su madre era una mujer hermosa, trabajadora y dulce, se querían mucho pero siempre estaba demasiada ocupada para jugar. Carlos ya se había acostumbrado a ello, pero tres largos meses de verano metido en casa, se le hacían difíciles de soportar."

[...]

   (página 11)

  

  " Por la mañana, y pese a haber dormido poco, Carlos madrugó. Su madre continuaba durmiendo, y al ser domingo, no quiso despertarla. Se vistió a toda prisa, se preparó un bol de ferales con leche de avena y desayunos mientras escribía una nota para ella, donde le decía que volvería a casa hacia el mediodía. Al final del mensaje añadió: "¡Que tengas un gran día, mamá!" y dibujó una cara sonriente. Después salió del domicilio para visitar a su amigo."

 [...]

 (página 35)

  Entre el primer fragmento y el segundo que he querido compartir de este cuento hay en Carlos, el niño de once años protagonista de la historia, una evolución merced a que encuentra a alguien, o mejor debería decir, algo especial que le permite en los diferentes momentos en los que se encuentran reflexionar, encontrar respuestas  a las dudas que se le plantean o que le plantea ese "algo" diferente (y que bien podría ser, sin serlo propiamente en este caso del cuento, nuestro propio yo interior en los momentos de autoevaluación, de reflexión personal). Respuestas que le permiten a Carlos enfocar desde otra perspectiva su relación con los demás, su relación incluso consigo mismo. Y al final de este texto literario observamos una evolución en la percepción del niño, en el modo de enfocar las diferentes cuestiones o situaciones de la vida.

   Es Todo está en nada un relato proyectado para un público joven, aunque a tenor de lo leído, de la esencia de la obra, también los adultos podemos leerlo, y más cuando es un texto en el que de alguna manera se trabajan las emociones, y así podemos enfocarlo si lo llevamos en el ámbito educativo (creo que es una lectura totalmente recomendable para llevarla al aula, para trabajarla como docentes con nosotros mismos como tales para después proyectarlas hacia los niños que tengamos en las diferentes situaciones educativas que se puedan plantear en el día a día); así como la percepción de que existe otra manera de vivir. Y es que es así, y más teniendo en cuenta que vivimos marcados por lo inmediato, por realizar todo con precisión sin hallar las respuestas adecuadas, sin pararnos a reflexionar sobre el sentido de lo que nos rodea. Y Amelia Cobos con Todo está en nada nos ofrece algo de luz entre sus páginas.

   No sé si esta entrada del día de hoy ha logrado transmitir una mínima parte de la esencia de este relato, de la importancia de la gestión emocional y del sentido de las cosas en nuestra vida, interior y exterior, pero quien desee acercarse más a este relato puede conseguir mayor información en Todo está en nada. Y es aquí, en esta página web, donde también podéis adquirir la obra (¿recordáis mi comentario de más arriba acerca de la adquisición de libros por canales poco convencionales, al menos para mí?) poniéndoos en contacto con la autora que, una vez efectuada la correspondiente compra, os lo envío por correo convencional, incluso con dedicatoria si así lo precisáis y deseáis.



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