Revista Fútbol

Messi

Publicado el 18 marzo 2013 por Joseluisortin

MESSI & CRISTIANO;  EL DEBATE ENTRE FOROFOS

Si escuchas a miles de aficionados madridistas resulta que sin Messi el Barsa no sería lo que es; y es verdad.
LEO MESSI Lo que ocurre es que el enorme jugador argentino, hecho en la cantera blaugrana, tampoco sería quien es si no tuviera la compaña de los Xavi, Iniesta y demás portentosos futbolistas del Barcelona. Y, tampoco, sin un técnico como Guardiola que le dio los galones largando a quienes hubieran podido eclipsarle por la indiscutible calidad que atesoraban, o, al menos, retrasar su fantástica eclosión futbolística mundial. Me refiero a los Deco, Ronaldinho, Eto’o, y posteriormente Ibrahimovic. A los primeros los vio a la primera, valga la redundancia, y eran heredados. Al segundo lo fichó el Barsa estando ya él en el banquillo y decidió traspasarlo en cuanto le vio el pampaneo. A Messi lo tenían  jugando en la banda derecha y D. Pep vio claro que  a una estrella de esa envergadura hay que darle todo el firmamento para que luzca; no es jugador de esquinas, sino de frontal. Fue en un clásico Madrid-Barsa de liga donde le dejó el de Sanpedor libertad para moverse por cualquier sitio del ataque, preferentemente desde la derecha hacia el centro.   Y ahí empezó a consolidar lo que ya apuntaba, pero que a saber lo que hubiera pasado con el argentino pequeñito en unos años de no mediar la sabiduría de Guardiola. Muchas veces, decisiones de quienes tienen la responsabilidad de dirigir marcan la vida de personas que con el tiempo escalan en solitario la gran pirámide del mundo. Y, sin embargo, pocos se acuerdan con el tiempo de quien marcó de verdad su destino con una elección clave.
Para reafirmar lo anterior, sólo hay que ver la diferencia entre el Messi de la selección argentina y el del Barsa. Ahora ya se va igualando; en cuanto le han puesto a jugar como en el Barsa; pero todavía no le llega ni a su propia cintura blaugrana. Recuerdo cuando al principio la propia afición argentina no le tragaba porque le recriminaban que no era el mismo que veían en su club. Pero claro, tampoco tenía los mismos compañeros: Verón no ha sido nunca Iniesta, por ejemplo. Ni ningún medio centro albiceleste Busquets, ni organizador alguno Xavi, por supuesto.
Pero en último extremo, y para contradecir a los forofos madridistas que  pretenden ningunear al resto de jugadores culés, hay que añadir que, quitando a Messi, en su equipo queda bastante más de media selección española que es campeona del mundo y doble campeona de Europa, consecutivamente. Y eso es lo que le da de verdad la credibilidad y el marchamo de excelencia al Barcelona. Esos futbolistas y ese estilo de juego son la causa que ha encumbrado tanto a los blaugranas como a nuestra selección a la gloria mundialmente reconocida de ser los dos mejores equipos del mundo desde hace más de un lustro; y con España no juega Messi, que yo sepa.  Los demás, como diría mi abuelo, son cuentos.
Por el contrario, sería más ajustado a la realidad asegurar que sin Cristiano Ronaldo el Madrid sería un equipo mediocre tanto en juego como en resultados. Y eso que cuenta con la plantilla más cara de su historia y el técnico que ha acaparado más poder que ninguno de sus predecesores. Y eso ocurre por dos circunstancias tan indiscutibles objetivamente como olvidadas por los propios forofos blancos y por muchos profesionales del fútbol  y de la pluma, la cámara o la alcachofa. Y es que tras el astro portugués, que para mí es el mejor goleador que ha pasado por el Madrid, sólo hay muy buenas individualidades, como los Casillas, Ramos o Alonso, también campeones de todo con España,  o algunos internacionales de otros países.  Pero ni hay estilo reconocible de juego, ni viene ninguna generación de grandes futbolistas detrás con los mismos criterios de juego que los primeros, ni estrategia técnica alguna elaborada desde su dirección técnica. Todo se basa en balones largos hacia adelante para que la enganche Cristiano, o alguno de sus ayudantes en el campo que se la pasen, y que la enchufe.  Lo único malo que tiene el portugués para los actuales dirigentes blancos es que no le fichó ni Florentino Pérez, aunque le hizo una presentación de cine, ni Don Mourinho, que ya se lo encontró allí. Lo hizo el defenestrado Ramón Calderón. Y todo los demás también son cuentos.
Disfrutemos a ambos mientas podamos.       


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