Hoy hace doce años que un tal Leo Messi apareció por las instalaciones de la Masía. Tenía apenas 13 años, pero ya apuntaba el enorme talento que le ha llevado a convertirse en el número uno de fútbol mundial. Tres balones de oro consecutivos (2009, 2010,2011) así lo confirman. Sólo Cristiano Ronaldo amenaza su hegemonía. Carles Rexach fue el principal valedor de su fichaje. Como otras tantas estrellas, su firma de contrato fue curiosa: una servilleta de papel recogía el primer contrato de ‘La Pulga’ con el conjunto azulgrana. El argentino celebraba en el encuentro de este sábado, en el que un año después volvía a partir desde el banquillo, su duodécimo aniversario como azulgrana como mejor sabe hacer: con goles.Un doblete que le sirve para sumar su octavo gol en la temporada,sexto en Liga, y que le sitúa como pichichi en solitario.
Su infancia estuvo marcada por una enfermedad hormonal que afectaba a su crecimiento. Con siete años ya deslumbró a los técnicos de las categorías inferiores de Newell’s Old Boys. Gabriel Digerolamo declaró no haber visto nada igual desde Maradona. “Con la pelota el pibe hacía cosas en contra de la física. Al único que le vi realizar jugadas como a él fue a Maradona”. A los once años, y a pesar de deslumbrar a los técnicos de River Plate, fue rechazado por el enorme coste que tenía el tratamiento del crecimiento que recibía. Su familia no podía seguir soportando este coste, por lo que optaron por trasladarse con unos familiares a Lérida.
Ya en España el argentino realizó las pruebas para los infantiles del FC Barcelona. El entonces director deportivo del club, Carles Rexach, se quedó prendado de las cualidades del menudo jugador argentino. Sabía que estaba viendo al futuro crack mundial. A pesar de no contar con el beneplácito de todos los técnicos del club, ni siquiera de la directiva entonces presidida por Joan Gaspart, le firmó en una servilleta. Pronto comenzaría a destacar en las categorías inferiores del conjunto catalán.
Su ascenso en el club azulgrana es a todas luces espectacular. Con apenas 16 años debutaba con el primer equipo en un amistoso frente al Oporto de Mourinho, en un partido que servía para inaugurar el estadio de Do Dragao. Un año más tarde, el 16 de noviembre de 2004, debutaba en liga frente al Espanyol. Esa misma temporada anotaría su primer gol como azulgrana, en un partido frente al Albacete. Un curso en el que sería campeón de liga junto a los Deco, Ronaldinho o Eto’o. Era la primera Liga de Rijkaard.
La 2005/2006 fue la temporada de su consagración. Con el 19 a la espalda, dejó auténticas exhibiciones en el Santiago Bernabéu, en ese 0-3 recordado por los aplausos a Ronaldinho, o en Stanford Bridge. A pesar de llegar físicamente tocado al final de temporada, el argentino ya era una estrella en Can Barça, siendo partícipe de una de las mejores épocas del club. Ese año se proclamaría campeón de liga y Champions. Tenía tan sólo 18 años. En la 2006/2007, a pesar de no ganar ningún título, el argentino se afianzaba en el once titular y sostenía a una plantilla en plena desintegración. Con su gol al Getafe en semifinales de Copa del Rey, un calco del célebre tanto de Diego Armando Maradona a Inglaterra en México 86, acaparaba todos los focos del fútbol europeo.
Si hay una persona clave en el jugador que es hoy ese es Pep Guardiola. Consciente del talento que atesoraba el argentino, el de Santpedor le sacó de la banda para darle total libertad. El ya por entonces ‘10’ culé, sin una posición fija, se confirmó como un jugador a marcar una época. En 2009 obtenía el primero de los tres balones de oro consecutivos coneguidos hasta la fecha. Con tan sólo 25 años, y tras haber anotado 50 goles en la pasa temporada, no tiene techo. Tras ser reconocido y apreciado por fin en su país, Leo amenaza con superar la leyenda de Maradona. Si no la ha superado ya.