Revista Música
La reciente gira de Metallica, que tuvo parada en nuestro país, conmemorando el lanzamiento de uno de sus álbumes mas reconocidos, me hace brotar deseo de escribir sobre aquel “Black Album” que revoluciono el mundo de la música heavy/rock, allá por los noventa. Cuanto menos lanzo a los “Cuatro Jinetes” a un estrellato que ya era algo irremediable, pero que no hizo mas que afianzar ese carrera ascendente de la banda, marcando un antes y un después dentro de su recorrido musical, incluso dejando quizá el listón demasiado alto, cosa que repercutiría definitivamente en el devenir de la banda. Hacer revisión a dia de hoy de aquel disco puede parecer algo fuera de lugar, pero quizá es de esos Lp’s que tiene un aura tan grande que se transforma en atemporal, haciendo que nunca sea demasiado tarde.
Y es que el nivel de ventas y atención que recibió este disco es algo casi sorprendente si contamos que dentro de todas las variantes y ramas del Rock, el heavy es quizá de las que comienzan a recibir menos atención, que bandas como Rolling Stone o AC/DC, reciban atención de muchos públicos es algo casi lógico, no tanto ya si entramos en Judas Priest o Accept, por poner un par de ejemplos. Pero quizá durante aquellos primeros años de los noventa, Metallica encontró la formula cuasi perfecta, y el nuevo productor, que solia trabajar con otras bandas con sonidos mas “audibles”, Bob Rock supo poner la guinda, las figuritas y el lazo a ese tan jugoso y bien facturado pastel.
Para un servidor fue un impacto, contaba con 14 o 15 años cuando lo escuche, y ese sonido brutal me maravillo. Me preguntaba como se puede sonar dan duro, tan denso y oscuro, pero a la vez que la producción tenga casi brillo, sonido maravilloso, adictivo, los otros discos de Metallica, aun teniendo temas geniales te sonaban extraños. No olvidemos que cuando eres joven eres impresionable y todavía te falta experiencia en estas cosas, y miles de discos por escuchar.
Quien les podría decir cuando comenzaron, que los temas que mas reclamaría la concurrencia de sus conciertos, pertenecerían a su quinto álbum de estudio, y que lo sacarían casi 10 años después de comenzar su ascendente y vertiginosa carrera hacia el podio del rock. Y es que “Enter Sandman”, gran comienzo para un disco, todavía a día de hoy, por mucho que la gente diga, “la misma de siempre, buff”, sigue consiguiendo los mayores coros, vítores y gritos de la velada. ¿Su disco comercial? Complicado pensar eso si escuchas “Sad But True”, brutalmente rítmica, dura, agresiva. “Holier Than Thou”, tercer tema del disco es quizá una de esas que menos recuerde la gente, que menos pida, aunque tiene un rimo rápido y quizá se aparte algo de el aura oscura que tiene el álbum, solo un poco. Porque la oscuridad vuelve con “The Unforgiven”, cuando yo era jovencito recuerdo que la tachaban como una de las “baladas” de Metallica, y aquí de medio tiempo o balada tiene poco. El disco tenia que tener algún tema mas grandilocuente, mas demostrando que no solo son duros, también pueden ser elegantes dentro del contexto del disco, y “Wherever I May Roam” cumple esas expectativas con nota elevada, dando paso al cierre de la cara A, “Don’t Tread On Me”, otra de rítmica y machacona, pero como ya vengo diciendo, sonando perfecta, como todo el disco.
“Through The Never”, abre la cara B y la catalogo como la otra que quizá el público no llegue a pedir, admirar o encumbrar como el resto del disco, y eso que también cuenta con un ritmo mas acelerado que la tónica del disco y un estribillo reconocible. Y damos paso a la que si puede ser la canción mas “comercial” del disco, de la banda casi hasta ese momento, “Nothing Else Matters”, con acústicas, arreglos, lenta y suave, aunque según pasan los años, en directo va ganando mas potencia y ya casi es otro tema heavy de la banda. Llegamos a lo que yo etiqueto la trilogía de temas oscuros, densos, parecen sacados de su pasión por Black Sabbath, Budgie, “Of Wolf And Man” quizá sea la más benevolente de la trilogía, y “The God That Failed”, con su temática religiosa la mas oscura, la mas dura en cuanto a la parte emocional de sonido, de la letra. “My Friend Of Misery” cierra “mi” trilogía con un ritmo lento y opresivo durante mas de 6 minutos de canción, llevándonos al final del poco mas de una hora de Lp, “Struggle Whithin” entra dentro de los temas con mas ritmo del disco, y cierra un álbum prácticamente perfecto que me voló la cabeza y me hizo seguir a Metallica con ciega devoción desde hace mas de 20 años ya. Nunca volvieron a ser los mismos después del “Black Album”, y nunca lo serán.