Agustina Pérez Comenale es Doctora en Derecho y Escribana Pública de la Universidad de Montevideo. Integró el programa de Fellowship investigando sobre Smart Legal Contract de la plataforma ADR/ODR con base en Blockchain: Kleros. Integrante de la Comisión de Derecho Comercial y la Comisión de Derecho Informático y Nuevas Tecnologías de la Asociación de Escribanos del Uruguay, del grupo de Legal Hackers Montevideo y Metalaw. Profesora en la Universidad de Montevideo (grado y Postgrado). Consultora de empresas de tecnología. Consultora de las comisiones parlamentarios sobre los proyectos de Ley sobre Activos Virtuales en Uruguay. Organizadora del evento: Legaltech Summit 2021. Speaker y autora de varios libros y eventos sobre Legales & Tecnología. Forma parte de la Sala de Blockchain e Inteligencia Artificial (BIA) de la Universidad Católica de Córdoba y Profesora en el Diplomado de Metaverso & Gaming – IALAB UBA. Actualmente trabaja en el Departamento de Legales de Binance. Fundadora del proyecto Legal Cryptotracker. En diálogo con Diario Judicial, la especialista realizó una introducción al concepto de Metaverso -o Metaversos- desde la óptica jurídica.
Dju: ¿De que hablamos cuando hacemos referencia al Metaverso?
Es un concepto que aún no está definido y creo que todos estamos de acuerdo de que se encuentra en una fase de crecimiento y formación. En este caso daría una opinión personal que lo entiendo como un espacio de interacción social / intercambio entre usuario con la sinergia de herramientas: blockchain, inteligencia artificial, realidad aumentada y realidad virtual, para fines sociales, económicos (de consumo) o de gaming. Esta nueva herramienta trae un cambio exponencial, otro paradigma dentro de la forma de conectividad y desarrollos de los mercados. Es un concepto de universo 3D que permite a los usuarios mejorar su experiencia en múltiples espacios virtuales.
La literatura, cine y juegos especularon sobre cómo podría ser nuestro futuro, audiencia a conexiones, hologramas, dispositivos con realidad virtual y aumentada, así como mundos virtuales que parecían imposibles. Sin embargo, estamos cada día un paso más adelante de convertir a esta herramienta en una realidad de experiencia y navegación digital más inmersiva y multisensorial.
Películas como Matrix, Ready Player One o Free Guy ya visualizan el impacto de la tecnología en nuestras vidas, así como juegos o desarrollos en el área de gaming como Second Life, Fortnite o los Sims que ya nos permitían acceder a generar nuestro avatar y tener una vida en el mundo digital.
Este espacio mejora la experiencia del usuario, abre nuevos canales de consumo e interacción, así como genera su propia economía interna y sentido de propiedad. Algunas plataformas apuntan a facilitar la experiencia del usuario en las reuniones virtuales, como sucede con el nuevo metaverso Mesh de Microsoft.
Otros tienen sus monedas nativas y operan de manera descentralizada, buscan generar un espacio virtual, con ciudades virtuales, donde el avatar creado por el usuario opera en la virtualidad.
Algunos de los proyectos mencionados llegaron a una fase de maduración que les permitió incorporar una “DAO” lo cual permite al usuario formar parte y hasta tener derecho a voto sobre las decisiones que se toman en el mismo.
Dju: Desde el punto de vista jurídico ¿Qué desafíos aparecen con la actividad civil y comercial en ese ámbito?
Uno de los primeros desafíos que trae este nuevo escenario es la generación de una identidad digital, hablamos de avatares y se discute si son una mera representación que le otorga la libertad al usuario de verse como quiere o tiene que ser similar a los “meta-humanos”. Nuestra inmersión al metaverso me animaría a decir que es el mayor desafío que se presenta hoy, de la mano de generar identidades interoperables y salir de las bases de la web2.
Nuestra inmersión al metaverso me animaría a decir que es el mayor desafío que se presenta hoy, de la mano de generar identidades interoperables y salir de las bases de la web2.
Pensar en una identidad unida, donde pueda contemplar varios avatares o “skins” y que a través de la misma pueda ingresar en las distintas plataformas sin tener que crear un usuario para cada una de ellas. La mayoría hoy opinan que esto esta representado por las billeteras electrónicas como esa identidad de autogestión y control por parte del usuario.
Los desafíos, como toda novedad y nuevo mundo, son varios, dentro de ellos también podemos nombrar: propiedad intelectual, derecho de autor y generación de contenido, aplicación de leyes laborales en espacios de trabajo, protección de datos personales, delitos informáticos y otros.
Dju:¿Existen regulaciones sobre el mismo en algún país?
Cada jurisdicción tiene su regulación en contrataciones digitales, identidad digital y otras que son y pueden ser aplicables al día de hoy. Hoy no tenemos ninguna convención internacional que contemple estrictamente las operaciones dentro de este nuevo mundo.
Sin embargo, cada plataforma hoy se rige e interpone “reglas de juego” a través de sus Términos y Condiciones y Códigos de Ética. En los mismos, se estipula como medias litigios entre usuarios, presentar distintas contiendas o fraudes, así como mencionar cuál es la ley aplicable. Método de resolución y jurisdicción.
En este punto, tenemos claro que este contrato de adhesión de la plataforma no transciende derechos humanos o fundamentales, pero si establece un orden y operación dentro de la misma que es necesario. Muchas de estas herramientas empiezan a migrar a un formato “DAO” y se acercan cada día a una comunidad que efectivamente es gestionada y de propiedad de sus usuarios.
Muchos países regulan algunas de las herramientas que pueden ser utilizadas en el metaverso – como Blockchain, activos virtuales, Inteligencia Artificial, y otros- así como distintas leyes que son aplicables a este escenario: datos personales, identidad digital, delitos informáticos y otros.
El trabajo remoto en muchas jurisdicciones está regulado y el metaverso podría considerarse una herramienta más de conexión.
El trabajo remoto en muchas jurisdicciones está regulado y el metaverso podría considerarse una herramienta más de conexión.
Algunos juzgados argentinos como el Juzgado del Trabajo IX Nominación de Tucumán o el Juzgado Civil y Comercial N° 9 de la Matanza empiezan a incursionar el tema ¿Qué opina al respecto?
Todas las experiencias son positivas y ofrecen información para seguir aprendiendo y creciendo en este ecosistema. Más cuando van de la mano de organismos y personas responsables. Depende del uso y la perspectiva es que deben considerar distintos recaudos.
Mencione algunos, como es la protección de datos, confidencialidad y privacidad de temas que no estén en la esfera pública, y tantos otros. Hay que avanzar y generar práctica en estos asuntos para poder opinar si son efectivos y trabajar sobre sus fallas.
Para opinar hay que vivirlo y conocer la experiencia para intentar incorporar críticas constructivas y que acompañar el avance.
Dju: ¿Qué cree que le aporta esta tecnología a la gestión judicial como utilidad?
En el ámbito del derecho, hoy ya se contemplan conferencias remotas, resolución de conflicto con plataformas con base en Blockchain, expedientes electrónicos, y otros que demuestran que el mundo avanza hacia ese camino.
Considerar el día de mañana, la utilización de estas herramientas para hacer la experiencia más vivida en vez de utilizar una simple videollamada puede ser positivo. Así como la incorporación de hologramas, realidad virtual y tantas otras herramientas que acompañan este movimiento.
No debemos aplicar la Tecnología sin sentido, sino conocer sus beneficios y emplear los mismos para tener operaciones con mayor celeridad y de manera más efectiva. Estas herramientas nos ofrecen la posibilidad de operar sin fronteras y bajar la barrera de varias limitaciones.
No debemos aplicar la Tecnología sin sentido, sino conocer sus beneficios y emplear los mismos para tener operaciones con mayor celeridad y de manera más efectiva.
Estas herramientas nos ofrecen la posibilidad de operar sin fronteras y bajar la barrera de varias limitaciones.
Dju: Dos lugares desde donde se la vio participar en la temática fueron el Metaverso presentado por la UBA y el grupo Metalaw, ¿Qué nos puede comentar sobre esos espacios?
En el caso del Metaverso de la UBA, es una plataforma única que busca mejorar esa experiencia de la persona que puede asistir presencial, así como abrir las posibilidades a todos aquellos que no pueden hacerlo.
Pone a los estudiantes en pie de igualdad y ayuda a acercarles una nueva modalidad de conexión y aprendizaje. Esta herramienta no busca dejar de lado el vínculo humano, sino complementarlo. Le educación es un punto primordial en esto, y por ende es la primera que debe incorporar, democratizar, facilitar e incentivar el conocimiento.
Es importante no solo hablar de la teoría, sino que se formen desde una experiencia práctica.
En cuanto al grupo Metalaw, así como tantos otros grupos que comienzan a generarse en la región y el mundo, somos conscientes que lo primero es facilitar el intercambio entre personas interesadas de distintas profesiones, así como ayudar en el intercambio de conocimientos e información.
Esta comunidad tecnológica en general es muy activa y sabe estar presente en las oportunidades que se le presentan. El transmitir valor de solidaridad, ayuda mutua y generosidad es fundamental para generar un ambiente sano y fructífero de intercambio.
Estamos trabajando en algunos proyectos en los que buscamos acercar aún más esta información a la comunidad y fomentar la visibilidad de distintos referentes para facilitar su comunicación y posibilidades de crecimiento.
Dju:¿Cuáles son sus expectativas sobre el asunto?
Queda mucho por hacer, es un espacio nuevo donde todo está comenzando. Informarse, participar de los grupos y seguir estudiando es fundamental para formar parte. Sin dudas es un ámbito de muchas oportunidades y desafíos apasionantes. Pensar en realizar escrituras a distancia, facilitar los desplazamientos y ayudar a agilizar las gestiones es un enfoque positivo del cual podemos beneficiarnos todos como comunidad.