Revista Viajes

Meteora: los hombres hambrientos de Dios

Por Pablosolorzano


Para Pilar, con amor. 
Dicen que al principio, es decir, en el año 985, las torres de caliza de METEORA fueron usados como retiros espirituales. Debe haber sido Barnabas el ermitaño que entonces conoció este sitio y se dio cuenta que allí latía algo parecido a la divinidad. Decidió retirarse del mundanal ruido y empaparse de esa divinidad desde el húmedo y silente refugio de una cueva ubicado en este lugar. Desde entonces empezaron a llegar más hombres hambrientos de un dios a quien solo podían considerar posible en un sitio como este. No debió haber sido difícil estar de acuerdo con ellos: el sitio es un pedacito de paraíso clavado en el mundo.

Meteora: los hombres hambrientos de Dios

METEORA - GRECIA.

Pero de toda la belleza de este paisaje no nos dimos cuenta sino hasta el día siguiente a nuestra llegada a KALAMBAKA, pequeño poblado ubicado a los pies de las montañas de METEORA. Y es que habíamos llegado ya bien entrada la noche, cansados de haber cruzado media Grecia desde el Peloponeso (donde habíamos visitado DELFOS, ver entrada anterior) hasta Grecia Central, a través del golfo de Corinto. Kalambaka nos recibió con una lluvia fina pero persistente. Detrás de las sombras que circundaban esa parte del mundo se podía advertir el gran tamaño de las montañas como monstruos silenciosos que nos mirasen atentos desde el cómodo refugio de la oscuridad.
Hay poco que hace que Kalambaka, de histórico no tiene casi nada pues fue destruida por los nazis durante la guerra, así que no queda más que dejarse llevar por el placer. Comimos unos deliciosos souvlakis de tamaño monumental y luego fuimos por algunos bares probando la reciedumbre liquida del ouzo y otros líquidos espirituosos. Los antiguos eremitas nos habrían reprochado tal laxitud. El reproche pudo haber causado efecto: desperté en medio de la madrugada con un dolor de cabeza descomunal. De esos que te hacen jurar que nunca más beberás y que si se te cura rápido el dolor te volverás un ermitaño dedicado a la contemplación y la adoración. En fin, al día siguiente, una ducha reparadora, un desayuno generoso y el aire fresco ayudaron a la recuperación.    Por fin, ya estábamos en el coche. Era hora de empezar la subida hacia las increíbles torres de la gran Meteora. Pasamos por un pueblo pequeño llamado KASTRAKI donde se pueden dormir en  campings bien acondicionados y desde donde se puede caminar hasta los monasterios. Hasta que llegamos. 

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METEORA - GRECIA.

Posiblemente no me vaya a olvidar jamás de la primera vista: el monasterio de VARLAAM emergió como un navío estancado en medio de un mar de niebla o como una nave suspendida en el aire (de hecho Meteora viene de meteoros lo cual significa “suspendido en el viento”). Sus tejados rojos, sus ventanales y balcones, la falta de ornamentación llamativa que parece indicar que no hay intención de alterar, ni de aumentar, ni retocar nada en un lugar que no necesita artificio porque ya es por sí mismo bello.  Superpuesto allí arriba, sobre esas alturas demenciales, parece un desafío a la racionalidad haber construido tan bella arquitectura sobre la cima de una montaña y a unos pasos de un abismo que cubierto por la niebla parecía inacabable.

Meteora: los hombres hambrientos de Dios

METEORA - GRECIA.

No entramos en él porque aunque solo quedan 6 de los 23 monasterios que un tiempo aquí hubo habríamos necesitado más de un día para visitarlos todos con calma. Así que tuvimos que ser, dolorosamente, selectivos. Nos fuimos al monasterio que se ubica al frente de Varlaam, y que seguramente es el más famoso e importante de todos por ser centro administrativo de estos recintos religiosos: MEGALO METEORO o GRAN METEORO.

Meteora: los hombres hambrientos de Dios

METEORA - GRECIA.

Meteora: los hombres hambrientos de Dios

METEORA - GRECIA.

Meteora: los hombres hambrientos de Dios

METEORA - GRECIA.

Es el monasterio más elevado y quizás el más impresionante. Desde sus 613 metros de altura la vista de la verde llanura tesalia, sobre la que se retuerce mansamente el río Peneo, te deja boquiabierto. Sin lugar a dudas la visita a este sitio es una experiencia magnífica. Puedes conocer desde lugares tan mundanos como el refectorio y los almacenes hasta rincones más espirituales como una especie de osario donde los cráneos de los monjes es expuesto ordenadamente como si fueran libros bien dispuestos en polvorientas estanterías o la iglesia central (KATHOLIKÓN) cubierta de murales y trabajos del tan hermoso y tan injustamente olvidado arte bizantino. Un detalle importante es que aunque las mujeres pueden entrar lo deben hacer con unas faldas que se ofrecen (gratis) en la entrada del monasterio. Esto puede parecer chocante pero no lo es tanto si se compara con la costumbre de los monasterios del monte ATHOS donde no pueden entrar no solo mujeres sino todo aquello que sea femenino. 

Meteora: los hombres hambrientos de Dios

METEORA - GRECIA.

Meteora: los hombres hambrientos de Dios

METEORA - GRECIA.


Meteora: los hombres hambrientos de Dios

METEORA - GRECIA.

Meteora: los hombres hambrientos de Dios

METEORA - GRECIA.

Meteora: los hombres hambrientos de Dios

METEORA - GRECIA.

Meteora: los hombres hambrientos de Dios

METEORA - GRECIA.

Meteora: los hombres hambrientos de Dios

METEORA - GRECIA.

Meteora: los hombres hambrientos de Dios

METEORA - GRECIA.

Hay una parte en MEGALO METEORO desde donde puedes observar las otras montañas coronadas por otros monasterios y debajo el espectáculo que han dejado fuerzas antediluvianas: prominencias erosionadas y resquebrajadas por la persistencia del agua como si fueran saurios verdosos, congelados por siempre en un movimiento sereno, nada trágico. El día nunca aclaró, tampoco oscureció, todo estaba poseído por una luz nimbada que vestía a este maravilloso espacio de un atmosfera sugerente, misteriosa.

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METEORA - GRECIA.

De regreso al coche continuamos por la sinuosa carretera que une toda esta zona. Es imposible no tener la cara pegada al cristal mirando atentamente la silueta de los monasterios que uno se va encontrando en el camino. Las paredes de los cerros están cubiertas de un tapiz verdoso que es producto de la humedad que trae la niebla que parece nunca disiparse ni huir de aquí. Se suceden montañas y rocas de formas llamativas, moles redondas que parecen monstruos domados. De pronto aparece la puntiaguda forma de la montaña sobre la que se encuentra el pequeño monasterio de ROUSÁNOU o el de la SANTA TRIADA (AGIAS TRIADOS) donde alguna vez JAMES BOND vino de aventura en la película FOR YOUR EYES ONLY. 

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METEORA - GRECIA.

Meteora: los hombres hambrientos de Dios

METEORA - GRECIA.

Alcanzamos finalmente el monasterio de SAN ESTEFANO(AGIOS STEFANOS). No es tan impresionante y se nota que ha sido renovada pero no le falta encanto. Quizás al principio uno se olvida un poco de la mística porque ya aparecen en algunas de las oficinas gente que te vende deuvedés y demás suvenires. Pero una vez dentro el visitante puede pasear por jardines y patios donde no hay más bullicio que el agua que fluye por canales o el trino de alguna ave cuya localización no se puede advertir: ¡dan ganas de hacerse monje y alejarse de todo para irse a vivir allí!

Meteora: los hombres hambrientos de Dios

METEORA - GRECIA.

Meteora: los hombres hambrientos de Dios

METEORA - GRECIA.

Meteora: los hombres hambrientos de Dios

METEORA - GRECIA.

Meteora: los hombres hambrientos de Dios

METEORA - GRECIA.

Meteora: los hombres hambrientos de Dios

METEORA - GRECIA.

Pero que no te haga pensar que todo fue paz para estos monasterios. Los tentáculos del mundo y su salvajismo llegó hasta aquí muchas veces y se sabe de ellos por las terribles historias que se conocen (algún monje descuartizado incluido): los cenobitas no tuvieron mejor idea que aislarse completamente de la tierra teniendo  comunicación con él más que por un ingenioso mecanismo de redes, sogas y cabestrantes que les permitían descender desde la cima de las montañas donde construyeron sus iglesias hasta abajo, en la sima, donde rugía el mundo del que se habían separado. Hay una historia que leí en el Lonely Planet que cuenta que cuando los afligidos visitantes les preguntaban a los monjes cada cuando cambiaban las sogas estos respondían que “cuando el señor los dejara romperse”. ¡Glup! Pero tranquilos desde los años 20 del siglo pasado todos los monasterios cuentan con larguísimas escaleras que te permiten un seguro, aunque algo fatigante, acceso. 

Meteora: los hombres hambrientos de Dios

METEORA - GRECIA.

Meteora: los hombres hambrientos de Dios

METEORA - GRECIA.

La lluvia nos sorprendió al regresar a ATENAS. Nos detuvimos por un café cerca de LARISA. En la capital griega iríamos al día siguiente a caminar por unos senderos que se ubican cerca del barrio de Dionisios, donde estábamos hospedados. A través de un bosque quemado (los incendios del 2009 habían devorado gran parte desea zona boscosa) llegamos hasta una vieja cantera de mármol y luego encontramos unas pequeñas iglesias ortodoxas griegas en algunos claros y tuvimos la inabarcable Atenas a nuestros pies.

Meteora: los hombres hambrientos de Dios

NORTE DE ANTENAS - GRECIA.

Meteora: los hombres hambrientos de Dios

NORTE DE ANTENAS - GRECIA.

Al día siguiente había que regresar a Londres, a seguir con nuestras vidas pero es obvio que después de un viaje como este ya nada es lo mismo. Es imposible no pecar de cierto banal orgullo y decir que estuviste en Grecia; y aunque eso es común parece que Grecia siempre es visitada por primera vez por todos, es como un pequeño paraíso que se redescubre en cada nueva mirada. Es una pena lo que pasa ahora (2013) en ese país; la exaltación de los extremismos imbéciles en un país que nos enseñó a apreciar la libertad, el castigo a la que la someten los especialistas del cálculo financiero, las quejas de muchos al ver con ojos moralistas la forma de vivir de los griegos que nos enseñaron a apreciar justamente la vida. En fin, me gusta la frase de José Emilio Burucúa que cita Alberto Manguel en Babelia del 03 de agosto de 2013: habría “que hacer bien las cuentas, convencer a los banqueros de que la deuda, más que de Grecia, sigue siendo con Grecia”. ¡Gracias por todo Grecia!
Pablo
DATOS UTILES
  • La entrada a los monasterios costaba entre 2 y 3 euros.
  • Recordar que no se permite entrar con partes desnudas del cuerpo: es decir hay que entrar con pantalones y sin tener los hombros al aire.
  • Los monasterios pueden ser visitados a pie pero para eso necesitarías todo el día por lo menos. Si viajas en Agosto recordar que es muy caluroso y debes llevar agua aunque en algunos monasterios se venden también botellas.
  • Hay un bus que sale desde Kalambaka en la mañana y regresa en la tarde desde MEGALO METEORO (1,20 euros el pasaje, precio del 2009). Eso te permite visitar al menos 4 monasterios (AGIOU NIKOLAU, VARLAAM, ROUSANOU y MEGALO METEORO) y luego regresar a Kalambaka con el bus.

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