La convivencia es compleja, siempre hay buenos momentos y otros más complicados, desde el blog de la cestita del bebé os vamos a enseñar como manejar estos últimos con vuestros pequeñ@s de la casa.
¿Has tenido algún tipo de conflicto con tus hijos y no sabes cómo hacer las paces? Esto es más habitual de lo que imaginas. Los niños de cualquier edad suelen tener sus discrepancias con los padres, y a veces se llega a discutir acaloradamente.
Sin embargo, y aunque creamos que por ser adultos tenemos la razón, no tiene por qué ser del todo cierto. Los niños tienen sus derechos, y si queremos que aprendan a disculparse y mantener la paz con los demás, el mejor ejemplo lo encontrarán en nosotros.
Cuando los hijos llegan a la edad adulta, las discusiones constantes con los padres que no han sido resueltas pueden llegar a un distanciamiento familiar. No permitas que esto ocurra. Mantén la familia unidad y enseña a tus hijos a reconciliarse de la manera más diplomática y saludable.
A través de estos consejos, vamos a ver cómo hacer las paces con los hijos, superando cualquier tipo de situación. Cómo sobrellevar la discusión, pedir pedir, escuchar, ser empático, aportar tu punto de vista. Pero sobre todo, perdona y ser perdonado por los que más quieres.
Discusiones entre padres e hijos
Los niños aprenden de lo que ven a su alrededor. Cuando discutes con ellos y no llegas a un entendimiento, no siempre es posible dejarlo pasar y olvidar. Hay cosas que no se olvidan y quedan en la memoria y el resentimiento para siempre.
Por ello, si se produce una discusión en la familia, es imprescindible resolver los problemas de forma respetuosa. Así es como los niños aprenderán a hacer las paces con los demás cuando sean adultos, potenciando unas relaciones más saludables.
Las peleas son normales en toda familia, y también con las personas con las que nos relacionamos. Sin embargo, hay que tratarlas correctamente para que no afecten de manera negativa.
¿A ti te enseñaron tus padres a discutir y pedir disculpas cuando correspondía? Pues no cometas el mismo error con tus hijos. Cierra el ciclo y enséñales que hay otra forma de ponerse de acuerdo con los demás, trabajando la inteligencia emocional desde la infancia antes de que sea demasiado tarde.
La importancia de hablar y saber hacer las paces
¿Por qué es tan importante resolver los conflictos con los hijos y no dejarlos pasar sin más? Seguro que te sientes fatal cuando has tenido discrepancias con tu peque, y quieres cerrar ese ciclo. Hay un camino correcto a seguir para conseguirlo: hacer las paces.
Entre los beneficios que tiene esta simple acción, que tú y tu hijo o hija podéis aprender juntos, destacan los siguientes:
- Estrecha aún más la relación padres e hijos
- Evita la violencia y mejora la convivencia
- Permite hacer una reflexión de lo que ha ocurrido y cómo os habéis sentido
- Mejora la comunicación y relación entre ambos
- Ayuda a encontrar otras formas de resolver conflictos al comparar puntos de vista
- Elimina sentimientos negativos y fomenta los positivos
- Transmites valores a tus hijos que son esenciales para su futuro
- Tú también aprendes todo aquello que no aprendiste de pequeño
¿Qué otras ventajas destacarías tú al afrontar de esta manera los conflictos con los niños? Seguro que se te ocurren muchas más.
Incluso si mi hijo me desquicia o si considero que se ha portado mal, detrás de ese comportamiento hay motivos que debemos analizar. Cuando un hijo adulto te ignora es porque has llegado a cometer muchos errores, que tienes la posibilidad de evitar durante su etapa de crianza. ¡No lo permitas!
Cómo hacer las paces con los hijos
Hacer las paces con tus hijos requiere de un proceso de varios pasos para solucionar el conflicto de raíz. Veamos cuáles son los pasos recomendados por los expertos en psicología infantil para tener una buena relación con los pequeños:
Dale tiempo
Cuando tenemos una discusión, hace falta algún tiempo para que los ánimos bajen un poquito y poder asimilar qué es lo que ha pasado y qué se ha dicho. Los niños a veces necesitan más tiempo que los adultos para pensar; así que dale tiempo, y tómate tú también el tiempo que necesites para reflexionar y pensar cómo vas a abordarlo.
Da el paso
Los infantes no saben cómo tienen que actuar en estos casos. Como adulto, eres tú quien tiene que tomar la iniciativa e ir a hablar con él. Los ánimos de ambos tienen que estar ya calmados. Así que cuando os sintáis preparados, deja el orgullo a un lado y sé el primero en hablar de manera sosegada.
Valida sus emociones
Piensa en cómo te has sentido tú al discutir, y date cuenta de que tu hijo o hija también lo ha pasado mal. Que te haya hablado de tal manera o hecho ese comentario tan hiriente, no quiere decir que no esté arrepentido. Pregúntale cómo se siente y valídalo, porque sus sentimientos son tan reales como los tuyos.
Reflexionad juntos
Es muy importante hablar de lo que ha pasado, por qué ha ocurrido, cómo os ha hecho sentir, y qué esperáis que pase después. Los conflictos se solucionan hablándolos, no dejándolos pasar y que queden ‘enconados’ con el tiempo. Para resolverlo podéis poner sobre la mesa vuestros puntos de vista y llegar a un acuerdo de manera asertiva. ¡No volváis a discutir!
Disculpas honestas
Una vez que tu peque te haya expresado cómo se siente, seguro que te hace sentir parte de culpa. No lo dudes y pídele perdón. El arrepentimiento es la mejor muestra de cariño, de ese amor que sientes por tus hijos y lo mucho que te importan. Hazlo honestamente, pide disculpas y sé un buen ejemplo de cómo tiene que tomar parte de su responsabilidad para futuros enfrentamientos.
Sé un ejemplo
Es normal que a veces los padres también perdamos los papeles. ¡Somos humanos! Pero como adultos mentalmente capacitados, tenemos que ser un ejemplo de comportamiento civilizado para enfrentar los problemas. Muéstrale cómo hay que mantener la calma, controlarse y hacer lo correcto para que la relación vuelva a ser la de antes.
Renueva el vínculo
¿A ti también te parece que cuando tienes una discusión con tus hijos se rompe un poquito el lazo que une vuestra relación? Bueno, esto tiene cierto sentido, y por ello, hacer las paces es una forma de volver a renovar el vínculo. Es importante trabajar para recuperarlo, a través del diálogo y de compartir esas actividades que sabes que tanto le gustan a tu peque hacer contigo.
Los primeros minutos te costará más, pero verás como en nada ya estaréis igual de unidos que siempre. Ved una película juntos, cocinad vuestra receta favorita, id a cenar fuera, a dar un paseo al campo o la playa, o cualquier cosa que os ayude a hacer las paces y terminar de relajar ese momento acalorado que habéis vivido y que deben quedar totalmente superado.
Si aún así te cuesta tener una buena relación con tus hijos, y no sabes cómo solucionar los problemas familiares, busca ayuda de un profesional. Los terapeutas pueden enseñaros las mejores herramientas que, en vuestro caso concreto, son las idóneas para tratar los conflictos constantes.
Siempre se solucinan los problemas y más con los peques! Esperamos que disfrutéis mucho y no tengáis que resolver muchos conflictos! hasta la próxima ocasión!
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