Revista Educación
¿Es razonable pensar en una “receta”, en el logro de Calidad Educativa”? ¿Cómo juega la idea de “igualdad” al pensar la Calidad Educativa? ¿Puede incluirla como un Derecho Humano? La siguiente es la perspectiva de la UNESCO.
La mejora de la calidad de la educación de los jóvenes plantea problemas muy complejos. En primera instancia está vinculada al propio concepto de “calidad”, que no es unívoco en todas las regiones del mundo y, a menudo, en el propio ámbito nacional. Esto se debe a que los sistemas educativos son entidades extremadamente complejas y que cualquier cambio, en particular un cambio cualitativo, es multidimensional y su aplicación insume un cierto tiempo. Además, debe tomar en cuenta también el hecho de que no existen “soluciones milagrosas”, ni ningún “modelo” que pueda ser transferido, habida cuenta de que los modelos son diferentes.
¿Qué métodos se deben aplicar para mejorar la calidad? ¿Existen referencias que sirvan de orientación normativa? ¿Sobre qué bases eficaces se puede apoyar el cambio? Sin pretender ser exhaustivo, en este capítulo se presentan algunas tendencias y algunos hitos que pueden aportar elementos de reflexión para aclarar las normas que se podrían aplicar y para apoyar las medidas que se podrían aplicar.
Tendencias en educación y calidad de la educación de los jóvenes Un determinado número de tendencias, más o menos consistentes, de la educación de los jóvenes, de sus necesidades y del desarrollo ya se ha identificado. Otras dicen respecto a las formas más comunes de la educación de los jóvenes, sobre todo a la enseñanza secundaria, la enseñanza técnica y la formación profesional, así como la educación no formal.
Definir la calidad de la educación tomando en cuenta la igualidad Hay dos abordajes principales generalmente utilizados para definir la calidad en la educación. El primero consiste en usar un marco de sistemas y enseguida averiguar la calidad de la educación en términos de insumos (inputs), procesos y productos (outputs). Éste es esencialmente un modelo de eficiencia que, típicamente, clasifica los resultados logrados (normalmente, una medida del logro de aprendizaje) según el monto de inversiones hechas en el sistema y la eficacia de los procesos por medio de los cuales se obtuvieron los resultados. Dicho modelo es, además, un modelo de producción normativo, en la medida que presupone que las cuestiones de metas e intereses no son cuestionados y que la calidad se refiere simplemente a cuántos insumos fueron utilizados y a qué procesos son esenciales para lograr el producto deseado. A fin de incluir la equidad en este modelo será necesario adoptar una perspectiva desde los derechos humanos para analizar insumos, procesos y producto.
El segundo abordaje generalmente usado para definir la calidad de la educación comprende un marco sectorial que trata a la educación como un sector que se encuentra íntimamente relacionado con otros sectores de la sociedad. Dicho abordaje se preocupa por tres factores primordiales que constituyen una educación de calidad, en términos de relevancia, efectividad y eficiencia. La cuestión de la relevancia reconoce que los objetivos establecidos y los contenidos prescritos para la educación son contenciosos y a menudo tienen que ser negociados. No podemos hablar de calidad de la educación cuando los objetivos y los contenidos no atienden a las necesidades de los estudiantes o a los valores y aspiraciones de la comunidad y de la sociedad en general. La efectividad se refiere a la medida en qué los objetivos y las metas establecidos están siendo alcanzados. Acá, nuevamente, hay una consideración más amplia según la cual una vasta gama de objetivos podría ser establecida en términos de información, conocimiento, habilidades, valores, actitudes y cambios en pautas de comportamiento, etc.
Una educación de calidad tiene que cumplir con sus promesas y es esto lo que se está evaluando cuando se mira a la efectividad en tanto que medida de calidad. Eficiencia concierne qué hace falta para que se cumplan las promesas de educación de calidad. Se trata de analizar si podrían lograrse mejores resultados con los mismos recursos o si los mismos resultados podrían ser alcanzados con menos recursos. En otras palabras, la eficiencia en tanto medida de la calidad de la educación se refiera a la adecuación de los recursos y a la eficacia de los métodos utilizados. Otra vez se nos hace necesario adoptar una perspectiva desde los derechos humanos a fin de incluir las cuestiones sobre la equidad en dicho modelo de educación de calidad.
La definición de una educación de calidad desde una perspectiva de los derechos humanos incluye una revisión sistemática de los factores que facilitan u obstaculizan los derechos de diversos grupos, en cada etapa de análisis del modelo utilizado para la definición de la calidad. La mejor manera de hacerlo es concentrándose en el estudiante en tanto que alguien con derecho a la educación y revisando los factores relativos al acceso, a la asistencia, a la finalización de la escolarización y al logro de aprendizajes relevantes por parte de diferentes grupos de estudiantes.
Extraído de UNA EDUCACIÓN DE CALIDAD PARA TODOS LOS JÓVENES Reflexiones y contribuciones en el marco de la 47a CONFERENCIA INTERNACIONAL DE EDUCACIÓN DE LA UNESCO GINEBRA, 8-11 DE SEPTIEMBRE 2004 OFICINA INTERNACIONAL DE EDUCACIÓN